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Voto de Lobo_Aullante:
4
Romance. Drama David Kepesh (Ben Kingsley), un carismático profesor, está orgulloso de seducir a alumnas deseosas de probar experiencias nuevas, pero sin ningún compromiso. Pero, cuando la hermosa Consuelo Castillo (Cruz) entra en su clase, sus precauciones se esfuman. Esa belleza morena consigue, al mismo tiempo, cautivarlo y desconcertarlo. Consuelo es para él algo más que un objeto de deseo. Su fuerte personalidad y su carácter apasionado ... [+]
22 de abril de 2008
40 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Es una gran persona. Es licenciada en química, e historia del arte; y además toca el oboe". Ésta es una de las perlas que podemos encontrar en el guión de la nueva película de Isabel Coixet, uno de los más altos exponentes del piji-progresismo ilustrado, movimiento intelectual encabezado por unos cuántos artistillas españoles, millonarios pero comunistas, que predican la moral de la nueva era.

En Elegy, una Penélope Cruz que no se cansa de enseñar las tetas, interpreta a una niña tonta de ascendencia cubana que padece un extraño enamoramiento intelectual del pedante de su profesor, un famoso escritor sesentón y calvo, que para tener tantas carreras y ser tan culto, tiene la misma inteligencia emocional que un adolescente en la edad del pavo. La relación entre ambos resulta tortuosa, áunque en vez de conmover nos deja un saborcillo en el paladar de romance frío y sin sentimiento.

Mi pregunta es: ¿Se puede mostrar menos química en la pantalla que Kingsley y la Pe? La respuesta resulta evidente a quién se atreva a ver esta mediocre historia de amor, que no resuelve con solvencia ninguna de sus propias expectativas.

Lo cierto es que toda la película en sí es un triste "quiero y no puedo". Me explico: Elegy tiene unas pretensiones intelectuales que van más alla de la pedantería, y es que Isabel Coixet nos intenta deslumbrar con sus elaboradas frases, su vocabulario de la Real Academia, y sus múltiples referencias culturales que no le interesan absolutamente a nadie. Y lo único que consigue con ello es aburrir al espectador, porque lo peor de todo es que detrás de esa artificial fachada de literatos y premios Pulitzer de poesía, se esconde un inmenso vacío, una película que a pesar de intentarlo es de muy pobre reflexión, e intenta paliar su poca profundidad conceptual con el recurrido recurso de Coixet, el cáncer, que facilita una pincelada existencialista de última hora.

A pesar de su buena fotografía, Coixet abusa en exceso de la voz en off con las reflexiones de Ben Kingsly, que hacen la peliculita muy lenta y espesa. El medio audiovisual tiene la ventaja de que también se puede ver, no sólo escuchar. Elegy tiene muchos minutos de novela radiofónica, y esto muestra cierta falta de talento para el cine, sin ánimo de ser destructivo. No me extenderé más sobre este tema porque ya he leído ésta observación en críticas de otros usuarios. No quiero poner otra vez lo mismo que ellos, simplemente lo corroboro.

En definitiva, señora Coixet, sus ansias de iluminarnos con su basta cultura progre le pierden.
Lobo_Aullante
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