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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
7
Drama Australia, 1926. Un bote encalla en una isla remota y a su encuentro acuden el farero Tom Sherbourne y su joven esposa Isabel. En el interior del bote yacen un hombre muerto y un bebé que llora con desesperación. Tom e Isabel adoptan al niño y deciden criarlo sin informar a las autoridades. Todo se complica cuando descubren que la madre biológica del bebé está viva. (FILMAFFINITY)
31 de enero de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La luz entre los océanos es, de facto, una película hecha a la antigua, un filme sobre sentimientos, sobre el amor y el desamor entre dos adultos, que no tiene miedo de bordear los recovecos del melodrama para así presentar de forma pausada y adulta a sus personajes y los conflictos a los que estos se enfrentan. Todos esos atributos, sin ser nada desdeñables, hacen que la pretendida gravedad de La luz entre los océanos no sea tal sino más bien un involuntario ejercicio de estilo, de hacer cine a la antigua, pensado para el lucimiento de sus actores y para el respiro de sus espectadores, que aquí verán, básicamente, a varios personajes dialogar, hermosas puestas de sol, decorados detallistas, y algún apunte moral en su historia. Y bien pensado, no hay nada malo en eso.

Una vez asumido el estilo y el género de La luz entre los océanos, es decir, desterrado el cinismo y la capacidad de asombro de mucho cine actual, esta es una película fácilmente disfrutable. Derek Cianfrance, que parecía un cineasta más vanguardista con su primera película, la excepcional Blue Valentine, cohesiona las verdaderas intenciones y temáticas que atraviesan su filmografía en la cinta nombrada, en The Place Beyond the Pines y en La luz entre los océanos. Esto es, en el género del drama romántico, las tres cintas son atravesadas por el denominador común de los traumas y las dificultades que dejamos para nuestros descendientes por esas historias de amor, y sobre todo de desamor, que hemos vivido. Por eso, en la segunda parte de La luz entre los océanos, las decisiones tomadas en la primera (la más romántica e intimista) viran y se enquistan hacia un drama moral en el que todos los personajes tienen algo que perder, conflictos irresolubles, y sobre todo, un legado difícil para la descendencia.

Esos giros de guión bordean peligrosamente lo folletinesco y lo melodramático, pues no hay tiempo real en este metraje para tratar en profundidad todos los temas que van apareciendo en el guión, pero sin embargo si asistimos a un fantástico retrato de personajes y de un contexto de posguerra en el que la paz es aún muy relativa. Sobre todo la paz en los hombres (y en las mujeres), que se ven arrastrados por sus 'yos' del pasado (ya sea la guerra, el aislamiento, la pérdida de los hijos, o la muerte de los amantes) hacia un presente, el suyo, en el que a pesar de que el amor existe, no es precisamente fácil de asirse.

Y desde luego, si La luz entre los océanos no contase con tres intérpretes tan buenos como son Michael Fassbender, Alicia Vikander, Rachel Weisz, ésta sería una película mucho más banal, porque son ellos los que confieren un carácter tan coherente, trágico y real a unos personajes ante los que es difícil posicionarse, pues los tres tienen razones, y los tres se equivocan como cualquiera podría hacer en este contexto. Su detallismo y humanidad como actores profundiza a esta película emocionante y sencilla, como hecha de otro tiempo, sin que eso sea necesariamente algo malo.
jaly
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