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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
7
Drama Cuando Julieta está a punto de abandonar Madrid para irse a vivir a Portugal, se encuentra por casualidad con Bea, una antigua amiga de su hija Antía, a la que no ve ni sabe nada desde hace años. Bea le cuenta que vio a Antía en el lago Como, en Italia, y que tiene 3 hijos. Aturdida por la noticia, Julieta cancela su viaje a Portugal y decide escribir sobre su hija, desde el día en que conoció a su padre durante un viaje en tren... ... [+]
4 de febrero de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay algo en Julieta, que aún días después de haberla visto, me sigue confundiendo, y también, me sigue intrigando. Confundirse no es lo mismo que intrigarse, y después de pensarlo mucho, creo que ambos verbos habitan en Julieta, una película irregular, pero también una historia especial; un paso coherente en la filmografía y los intereses de Pedro Almodóvar, aunque también una oportunidad no del todo aprovechada por hacer el cine de autor al que Almodóvar aspira y apunta desde hace ya muchos años.

Muchos todavía se tiran de los pelos porque las mujeres del cine del manchego, ya no sean esas libérrimas y liberadas féminas de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, o las monjas irreverentes de Entre Tinieblas, o las Mauras de ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Mujeres al borde de un ataque de nervios o La ley del deseo, por citar sólo algunos ejemplos. En su lugar, la mayoría de las mujeres de su último cine, son neo burguesas acosadas por su propia melancolía casi clínica, en cuyos salones ahora descansan muebles de diseño y cuadros figurativos, donde antes el arte pop y los elementos eclécticos rodeaban a sus protagonistas. Pero pedirle a un cineasta que ha recorrido el mundo con su cine, que ha cumplido años e intereses como lo hacemos todos... pedirle que haga lo mismo que hacía hace 30 años, sólo lleva a productos tan vacíos, estáticos y postizos como Los Amantes Pasajeros. Y nadie queremos eso.

Es indudable, y lo es desde hace muchos años, que Almodóvar quiere que el melodrama sea el terreno sobre el que sembrar sus historias, y por eso la novela original de Alice Munro es oro para lo que está cultivando. Y su manera de trasladarla a la pantalla, sin haber leído el original, resulta fascinante por el uso de unas elipsis que pueden parecer huecos sin rellenar en el guión, pero que en realidad alimentan el misterio de Julieta. Y el misterio, la verdadera sensación de intriga, es algo muy difícil de conseguir en el cine actual, donde todos, o muchos, sabemos ya los códigos y herramientas de los cineastas para contar sus historias, más aún las de un director con una filmografía tan analizada como la de Almodóvar.

También hay algo de descuido en Julieta. No todos los actores parecen estar en la misma película, o haber comprendido el género y los códigos en los que está trabajando el director. Hay personajes (como el de unas, por otro lado, fantásticas Pilar Castro y Rossy de Palma), que pese al buen trabajo de los intérpretes, parecen implantados en el guión por mero capricho. Otros, como los de Joaquin Notario o Susi Sánchez, piden a gritos más atención en la historia, pues tratándose como se trata de un estudio psicológico de su protagonista, su influencia queda bastante deslavazada. Y todo eso acaba creando en el espectador la sensación de confusión y de trabajo inacabado.

Pero también hay en Julieta ese je ne se quoi tan difícil de explicar que es el misterio, la sensación de no conocerlo todo, porque en toda vida hay secretos y omisiones que son, en realidad, lo que nos definen. Es maravilloso, por ejemplo, lo poco que en realidad conocemos o sabemos con certeza sobre esa hija de Julieta, y en el hecho de que en esa gran omisión, en ese gran espacio vacío, es donde resida el corazón de Julieta, el personaje y también la película. El misterio es la sensación final de una película que termina donde podría empezar (o donde otra película podría comenzar), un final elegante y a contracorriente, coherente con el misterio y las incógnitas que lleva sobre sus hombros el personaje de una espléndida Emma Suárez, esa Julieta que es muchas cosas y ninguna de ellas a la vez, que es mujer obsesiva y víctima de los acontecimientos, que es madre protectora y desprendido ser humano de los afectos. Su interpretación ES la película, pero evidencia la confusión de otros (¿Personajes? ¿Actores?) que no están en los códigos que ella, su personaje, el director, y el guionista (cuatro elementos extraordinarios) manejan en Julieta, esos códigos de melodrama telúrico y drama psicológico a los que Almodóvar, ya de forma evidente aunque no obvia, lleva tiempo lanzándose.
jaly
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