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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Drama François Vatel es el leal y devoto maestro de ceremonias del arruinado Príncipe de Condé. El aristócrata necesita recuperar el favor del rey Luis XIV (1643-1715) y espera que éste le otorgue el mando de las tropas en una nueva guerra contra Holanda. Por ello, cuando el rey, acompañado de la corte, decide visitar a Condé en su castillo de Chantilly, éste le encarga a Vatel que organice, sin escatimar en gastos, una espectacular recepción ... [+]
14 de enero de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La impresionante recreación artística de Vatel no es su única virtud. Hay en esta película mucho más de lo que se ve, mucho más que suntuosos banquetes y palacios; hay, de hecho, un bellísimo canto a la libertad y a la justicia, que nos hace a todos bendecir la revolución en la que rodaron tantas cabezas de los monarcas absolutos.

Estaban día tras día, hora tras hora, rodeados de gente cuya vida se consagraba a la comodidad de sus señores, cuya creatividad estaba orientada a la diversión zafia de sus reyes, al capricho de sus deseos.

Y Vatel, además de situarse en este lugar en el mundo, creaba arte. Su puesto en el Palacio del Príncipe de Condé era lo que le permitía alcanzar lo sublime con cada acto que preparaba, fiesta que organizaba o plato que servía. Como vemos en el filme, su amor al detalle era expresado con la más grande de las sensibilidades y el mayor aprecio por el buen gusto. Todo el afán de Vatel es crear, crear belleza, convertir una serie de elementos, en algo perdurable, aunque su duración fuese efímera. Infundir arte en todo lo que hacía, era para Vatel su manera de canalizar su libertad, su manera de vivir plenamente.

Así pues, Vatel es un retrato de un artista y su tiempo, de la relación entre una mente con ansia de creación y una sociedad superficial y castradora. De Pardieu es buen conocedor de la vida que se deja en sus manos y por ello su trabajo es de lo más extraordinario que ha hecho en años.

Y, por supuesto, la dirección artística de Vatel, es sublime. Pocas veces se disfruta tanto en el cine como con esta película en lo referente a la perfección, composición, complejidad y belleza de todos y cada uno de sus planos. Ver Vatel es asistir a un inolvidable recital de creaciones más allá de lo hermoso y lo perfecto.
jaly
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