Un film como este sólo podría haberse pergeñado en Francia, cuna del existencialismo, de la lucha social y de la gauche divine. Y es que esta pelicula supone otra vuelta de tuerca en cuanto a los films de zombis con mensaje.

Aquí no se trata de criticar aspectos de la sociedad, sino de analizar las posibles repercusiones sociales que tendría una resurrección de los fallecidos. Bajo esta interesante premisa el film trata los temas de lo general a lo particular, es decir desde como afecta a la macroeconomía y a los resortes del estado hasta las implicaciones sentimentales que conllevan recuperar a los seres queridos ya fallecidos.

Calculadamente fría y desapasionada no llega nunca a conectar con la sensibilidad del espectador, probablemente por un cierto aire de intelectualismo pedante y por un argumento que se embrolla conforma avanza la película y que no resuelve con acierto ninguno de los enigmas que plantea.

De todas maneras, aunque no sea nada del otro mundo, sí vale la pena echarle un vistazo, ya que al menos supone un soplo de aire fresco y una visión totalmente original sobre el fenómeno zombi.

Lo mejor: Su interesante punto de partida.
Lo peor: Que su afán intelectual acabe por aburrir.