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España España · Barcelona
Voto de LennyNero:
7
Aventuras. Acción En el 100º aniversario del viaje del Titanic, un moderno crucero de lujo bautizado como Titanic 2, sigue la ruta de su homónimo. Pero cuando un tsunami lanza un iceberg en la trayectoria del nuevo buque, los pasajeros y la tripulación deben luchar para evitar un destino similar. (FILMAFFINITY)
25 de noviembre de 2011
16 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Allá por el año 1997 James Cameron nos vendió una de las estafas más grandes de la historia del cine. Amparándose en aquel entonces novedosos efectos especiales consiguió filmar una historia de amor repulsiva por su ñoñería, falta de originalidad y elevadas dosis de azucar. Un engendro presuntamente romántico cuyo límite solo han podido rebasar los perpettradores de la saga Crepúsculo. Un tostón de dimensiones gigantescas amenizado con la impagable cancioncilla de ese loro gritón llamado Celine Dion y que sumía en las simas más profundas de la desesperación al espectador mientras tratabamos de llegar al momento cumbre del naufragio.

Menos mal que años más tarde los amigos de The Asylum ponen remedio al desaguisado de Cameron y de la mano de ese Leonardo da Vinci del siglo XXI llamado Shane Van Dyke filman la auténtica epopeya del Titanic tal y como debe ser: con precisión, directos al grano, con una trama igual de absurda que su predecesora pero la mitad de corta. Solo por eso ya se agradece el detalle.

Del resto a destacar que puestos a decir ñoñeces y absurdidades mejor ponerlas en boca de dos auténticos desastres interpretativos a los que no se les puede pedir más por el salario mínimo interprofesional que cobran. De los efectos especiales destacar la coherencia de la productora al seguir fieles al photshop y los pixeles de playstation 1 y no dejarse engañar ni venderse a la moda de lo digital.

Pero sin duda lo mejor de todo radica en la gran habilidad del director para darse cuenta de que realmente la historia del Titanic no da más que para 5 minutos, es decir salida, choque y hundimiento, así que ni corto ni perezoso el tipo decide dar su toque de cine de autor y añadir como aquel que no quiere la cosa elementos copiados (para que hacer un homenaje cuando directamente puedes copiar) de El día de mañana o de Abbys. Lo mejor es que además de copiar se permite el lujo de modificar el desenlace a su antojo y no caer en la sensiblería barata, dejando un poso de drama de gran calado mientras un fundido en negro impecable no da opción a esperanzas románticas de ttres al cuarto.

Todo esto en menos de hora y media, mostrando así que lo del Titanic no necesitaba tanta aparatosidad y mucho menos metraje. Solo cabe dar las gracias a estos genios que han hecho posible semejante ejercicio de concreción y aprovechamiento de los recursos disponibles y que de paso han dado una lección a los James Cameron de turno que solo lo saben fiar todo a la pasta.
LennyNero
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