Hay que agradecer que de vez en cuando aparezcan películas como esta, no tanto por su calidad intrínseca sino por su voluntad de querer cambiar algo en el cine español, sobre todo por lo que se refiere al género fantástico y de terror.

Acostumbrados a las lamentables producciones de la fantastic factory o a los films de factura tipo americano como "El Orfanato, "La hora fría" supone una bocanada de aire fresco. Lo más destacable en ella es su intento por romper los clichés y ofrecrnos una obra clautrofóbica, cuya tensión va in crescendo huyendo del susto fácil y profundizando en el tratamiento psicológico de los personajes.

Lamentablemente esto no acaba de funcionar del todo debido a una pobreza de medios más que evidente, unos diálogos que no acompañan a la trama y unos personajes que, a pesar de estar bien dibujados acaban cayendo en el tópico. Tampoco ayuda la nefasta elección en el casting, ya que las interpretaciones resultan artificiales y sosas, cuando no directamente malas y una historia que demasiado a menudo avanza a trompicones y deja demasiados cabos sueltos.

Todo ello lo acusa la cinta, ya que el pretendido ambiente sobrio y tenebrista acaba por convertirse en, a ratos, un frío y desangelado espectáculo con más capacidad para aburrir que para interesar. De todas maneras no hay que desmerecer del todo a esta película, cuyo alegato contra el belicismo hubiera merecido una mayor atención por parte del público y de la crítica.
Quizás con otros actores y más medios hubiera funcionado mejor, pero a pesar de todo habrá que seguir con interés la obra de Elio Quiroga, porque está claro que apunta buenas maneras.

Lo mejor: Su poético desenlace.
Lo peor: Que algunos actores parece que desconocen el significado de la palabra vocalizar.