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Voto de fanaseriecine:
7
6,1
159
Ciencia ficción
Yoko (Megumi Kagurazaka), es una especie de repartidor interestelar de UPS. Su trabajo es simple: debe hacer entrega de paquetes y correspondencia a los seres humanos esparcidos por diversos planetas. Pero con tanto tiempo libre entre las entregas, Yoko comienza a preguntarse qué hay en esos paquetes. (FILMAFFINTY)
5 de octubre de 2017
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inteligente, reflexivo y exótico drama de ciencia ficción japonés que tiene un esplendor en su construcción visual y sonoro con el particular estilo de su director. Narrativamente puede hacerse densa y excesivamente parsimoniosa, pero todo tiene un objetivo para poner en cuestión la auto destrucción de la raza humana.
El director y guionista Sion Sono (Ai no mukidashi, 2008) es un provocador nato, todas sus creaciones generan reacciones de admiración o rechazo, pero jamás pasan desapercibidas o son fáciles de digerir; y en este film vuelve a conseguirlo con una destreza creativa que deslumbra por los encuadres y las imágenes, casi siempre en blanco y negro.
En esta oportunidad se aleja de conflictos sexuales o sanguinarios, para adentrarse en una mirada distante y meditabunda sobre la raza humana; bajo la observación de una robótica cartera interestelar. De ahí desanda un rutinario viaje para hacerle llegar a los últimos humanos sobrevivientes paquetes que contienen significativamente simples objetos de un mundo que dejo de ser.
Con el premio a la mejor película asiática en el Festival de Toronto, la propuesta de Sion Sono es una rara avis de extrema potencia visual pero que cuesta seguirle el hilo narrativo que resulta demasiado complejo o fraccionado.
Lo que resulta indudablemente es que impone una especial percepción del tiempo y del rol humano como elemento fundamental de la destrucción, haciendo alusión a lo ocurrido el 11 de marzo de 2011 con la explosión de la central nuclear en Fukushima.
No es una película de fácil seguimiento, aunque amerita verla mas de una vez para comprender todas las dimensiones propuestas por Sono.
Calificación Fanaseriecine: 7 ½ sobre 10
El director y guionista Sion Sono (Ai no mukidashi, 2008) es un provocador nato, todas sus creaciones generan reacciones de admiración o rechazo, pero jamás pasan desapercibidas o son fáciles de digerir; y en este film vuelve a conseguirlo con una destreza creativa que deslumbra por los encuadres y las imágenes, casi siempre en blanco y negro.
En esta oportunidad se aleja de conflictos sexuales o sanguinarios, para adentrarse en una mirada distante y meditabunda sobre la raza humana; bajo la observación de una robótica cartera interestelar. De ahí desanda un rutinario viaje para hacerle llegar a los últimos humanos sobrevivientes paquetes que contienen significativamente simples objetos de un mundo que dejo de ser.
Con el premio a la mejor película asiática en el Festival de Toronto, la propuesta de Sion Sono es una rara avis de extrema potencia visual pero que cuesta seguirle el hilo narrativo que resulta demasiado complejo o fraccionado.
Lo que resulta indudablemente es que impone una especial percepción del tiempo y del rol humano como elemento fundamental de la destrucción, haciendo alusión a lo ocurrido el 11 de marzo de 2011 con la explosión de la central nuclear en Fukushima.
No es una película de fácil seguimiento, aunque amerita verla mas de una vez para comprender todas las dimensiones propuestas por Sono.
Calificación Fanaseriecine: 7 ½ sobre 10
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El Universo se han convertido en un cascarón vacío producto del arbitrario accionar de los humanos. Solo unos pocos han logrado sobrevivir y aunque la tecnología avanzó enormemente, la crisis de avance social generó el estancamiento, a punto tal que una de las cosas más esperadas es la recepción de un paquete que viaja interminablemente por el espacio.
Yoko (Megumi Kagurazaka) es una androide que tiene como misión recorrer el espacio para entregarle los paquetes que se envían los pocos humanos sobrevivientes que se encuentran desparramados en diferentes planetas.
A bordo de su nave espacial con forma de casa tradicional nipona, Yoko atraviesa el Universo y los días de manera rutinaria, pero satisfecha de la tarea cumplida y disfrutando las escasas bondades humanas con las que cuenta en su acogedora nave.
Su tiempo de vida útil también se extingue y el tiempo sobra, por eso llega a preguntarse qué hay dentro de las cajas que entrega; hasta que decide mirar y descubre que los envíos son elementos cotidianos y olvidados, pero forman parte de una raza que no puede olvidar lo que fue y necesita reencontrarse con esos objetos tan simbólicos y a la vez sencillos.
Yoko (Megumi Kagurazaka) es una androide que tiene como misión recorrer el espacio para entregarle los paquetes que se envían los pocos humanos sobrevivientes que se encuentran desparramados en diferentes planetas.
A bordo de su nave espacial con forma de casa tradicional nipona, Yoko atraviesa el Universo y los días de manera rutinaria, pero satisfecha de la tarea cumplida y disfrutando las escasas bondades humanas con las que cuenta en su acogedora nave.
Su tiempo de vida útil también se extingue y el tiempo sobra, por eso llega a preguntarse qué hay dentro de las cajas que entrega; hasta que decide mirar y descubre que los envíos son elementos cotidianos y olvidados, pero forman parte de una raza que no puede olvidar lo que fue y necesita reencontrarse con esos objetos tan simbólicos y a la vez sencillos.