La dirección y fotografía son muy buenas.
Las actuaciones impecables.
Si a eso le sumamos un guión sólido y atrapante, no se puede pedir más.
Arranca lenta, mostrándonos el entorno, y construyendo los personajes, avanzando sin prisa pero sin pausa en la trama policial.
Y los últimos dos episodios son puro vértigo narrativo.
Aquí no hay acción, sino diálogos.
Y un relojito suizo de precisión, que cierra en el último episodio.

Muy recomendable.