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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
Thriller. Drama El guión de Jorge Semprún se basa en el libro homónimo de Artur London que narra en primera persona las purgas estalinistas de las que fueron víctimas los disidentes del Partido Comunista checoslovaco, entre ellos el propio London. Estas purgas tuvieron lugar en el famoso Proceso de Praga de 1952. (FILMAFFINITY)
21 de enero de 2019
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quienes, como Costa Gavras, consideran que otro mundo es posible, no pierden los anillos si les toca destronar a supuestos referentes de izquierdas que solo son lobos disfrazados de corderos. La autocrítica es fundamental para avanzar en cualquier aspecto de la vida del ser humano, y el hecho de que el director griego denuncie episodios concretos, en este caso en la Checoslovaquia de 1952, no le hace dudar, como lo ha demostrado posteriormente, de su compromiso y sus principios progresistas.

La confesión, que arranca del libro de Artur London, alto dirigente comunista checo por aquellos días, no habla de lucha encarnizada contra enemigos políticos, grita las purgas y abusos de poder de quienes pilotaban una nave que hicieron suya siendo de todos. Porque las torturas y canalladas tuvieron como destinatarios a los propios compañeros de partido. Y todos sabemos que la ignominia se multiplica cuando son los tuyos quienes te traicionan y convierten una batalla común en un vergonzoso infierno, en el que triunfan los que alimentan la deshonra con el estiercol de la mentira.

Con la ayuda de un buen reparto, Costa Gavras, el hombre coherente, al que muchos están deseando ver muerto, a juzgar por las fake news, nos incomoda metiéndonos en vena la fealdad de la fuerza suprema y la angustia de las víctimas de la injusticia; y nos hace dudar, una vez más, del pensamiento de Jean-Jaques Rousseau en lo que se refiere a la natural bondad del hombre, porque no se puede aprender tanto refinamiento capaz de provocar daño y dolor, sin una predisposición innata.

¡Larga vida a Konstantinos Gavras!, que hará dentro de poco 86 años. También es revolucionario quien pincha en los abscesos de la revolución.
Sinhué
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