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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
6
Drama. Romance. Comedia Adrien y Jenny forman una pareja estable, pero han decidido pasar el verano separados. Adrien, propietario de una galería de arte, quiere estar un mes tranquilo sin hacer absolutamente nada. Sin embargo, al llegar a la casa de campo de un amigo se encuentra con Daniel, un pintor conceptual, y con la joven Haydée, una guapa chica con mucho éxito entre los hombres. Ante la actitud aparentemente indiferente de Adrien, Haydée parece aceptar ... [+]
3 de enero de 2017
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Éric Rohmer entra dentro del selecto grupo de creadores que nos obliga, de alguna manera, a hablar antes de él que de su obra. Es claramente un autor que impregna con su personalidad todo cuanto toca. Dudas de si sus personajes existen y tienen autonomía o son tan solo lo que él ve o imagina; y a la par, y puede parecer una incongruencia, sus gentes son de lo más natural, aunque padezcan en muchas ocasiones de afectación, sintomatología clara de una clase social anclada en el ombliguismo.

En la coleccionista vuelve a presentar un puñado de estereotipados burgueses, cercanos al mundo artístico, que pretenden incluir el aburrimiento y la inacción en el catálogo de actividades imprescindibles para el alma. Ellos, que parecen estar de vuelta de muchas cosas, por su altísimo nivel cultural y existencial, quedan delante de la cámara con el culo al aire en el momento justo que alguien no hace lo que está escrito en su guión.
Haydée es una chica que se atreve a vivir sin prejuicios, no sabemos si por convicción o por absoluta dejadez. Hace uso del sexo como si de una necesidad fisiológica se tratara, no le interesa la vida de nadie, no se plantea problemas morales, hace gala de una serena languidez y sonríe ante el desconcierto que causa en los demás. Nunca sabremos si es una mujer sabia o estúpida; lo que queda claro es que tiene armas para desarmar y poner en fuga a quienes van de intelectuales, librepensadores y experimentados controladores de las relaciones y los afectos.

La indolencia vacacional de estos despreciables especímenes, que se autorretratan con su palabrería, le sirven a Rohmer para mostrar su propia colección de fílmicas debilidades : las aguas inmaculadas; la campiña transformada en orquesta sinfónica (grillos, ranas, pajarillos...); los árboles, parasoles imprescindibles para el descanso; las casa solariegas; el deseo, que es mayor cuanto menos físico; la huida, como única respuesta al fracaso; el paso del tiempo, que si respiras te oxida....
Siempre encontramos cerca del realizador francés una dulce tristeza que sobrevuela sus escenarios, para plasmarla suele utilizar el pincel de la sonrisa.Tal vez este gesto de frustrada resignación sea el resultado del desencuentro entre la teoría y la realidad impalpable e inasible de las cosas sencillas. La ampulosidad y el suspiro.
Sinhué
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