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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
7
Drama En un fuerte situado en el sur de los EEUU, el comandante Weldon Penderton se ha dedicado a la enseñanza de tácticas militares, mientras que su esposa Leonora prefiere solazarse con el teniente-coronel Morris Langdon, amigo de la pareja. Todo esto lo observa, detalle a detalle, el soldado Williams, un joven que parece fascinado con la bella mujer, mientras que Penderton comienza a interesarse por cada movimiento del joven soldado. (FILMAFFINITY) [+]
27 de noviembre de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los demonios que habitan estos seres morbosos y retorcidos, en algún lugar del Sur de los E.E.U.U., juegan, y apuestan, a quién será el primer mortal en autodestruirse. Utilizan las herramientas adecuadas: pasión, culpabilidades, "sexo impropio", insatisfacción...., y en algunos momentos se les nota que disfrutan especialmente pues babean mientras introducen el dedo en las purulentas llagas de los pobres individuos.
Claramente se ve que los Weldon, Leonora, Morris, Willians, Alison, Anacleto..... no controlan la situación en ningún momento, y solo son títeres en manos de sus complejos, sus taras mentales, su enfermiza sexualidad y sus educaciones hipócritas. Su existencia es un caleidoscopio de hirientes soledades y parecen candidatos idóneos para servir de combustible a las calderas de Pedro Botero.
Y es que, ya lo he dicho en otras ocasiones, si existiera el infierno y hubiera que buscarle un lugar ideal, por aquello de los estudios de mercado y demás, la opción de los estados sureños de U.S.A. contaría con pocos rivales. Por alguna razón en estas tierras se dan bien el pecado y la maldad, condición esta última, imprescindible para que el atroz individualismo revolotee carroñero sobre sus víctimas.

Los actores, poseídos por la maldición de sus personajes, parecen fundidos en sus papeles y hasta te da por pensar que alguna dentellada o ponzoñoso picotazo se llevaron para casa, mientras el pícaro de John Huston, con enigmática sonrisa, se fumaba un puro.
Sinhué
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