Película que se entiende autofinanciada, de bajo presupuesto y distribución, así que hay que darle algo de amor extra. El argumento, o más bien la sustancia, sería como una combinación de escenas de matrimonio (en este caso de noviazgo) y, salvando distancias, la clásica contemporánea "Olvídate de mí" en su exploración del amor en sueños.

Personalmente echo en falta algún hilo conductor que vertebre mejor las historias, no me basta solo con introducir elementos comunes en una escena u otra. Que me diréis, bueno es que los sueños son así, caóticos. Sí, son caóticos pero tampoco lo son tanto los de la película, que aunque con elementos de fantasía, son un pelín demasiado racionales para ser sueños. Tampoco queda claro por qué parece que están soñando lo mismo los dos. Vamos, que lo de soñar es el artilugio narrativo para poder tener libertad absoluta, dar rienda suelta a la imaginación y explorar varias versiones de los personajes. Lo cual tampoco puedo criticar mucho, hoy en día está de moda utilizar los multiversos con este mismo fin y bien que no me he quejado.

Sin duda, lo mejor de la película es el buen trabajo de la pareja (no pun intended) protagonista, interpretando los mismos pero no exactamente los mismos personajes en cada viñeta. David Pareja es un actor de excepcional potencial humorístico al que me gustaría ver en mayores producciones. Mariona Terés (a la que no había visto nunca) tiene la oportunidad de tocar un rango mayor de registros, quizás porque la directora Clara Martínez-Lázaro se identifica más con su personaje, y brilla con muchos lumens, esperemos verla más también.

Quizás la semana que viene me acuerde de poco (el amor eterno no sería mi tema favorito) pero pasé unos 76 minutos entretenidos.

Gustará a: John Boyne, Estrella Galicia, Ijon Tichy
No gustará a: gente que duerme en bolas, Paula Alquist, hipertensos