Tremebundo bodrio mentiroso del demonio. Basura con pretensiones paternalistas y contrato envilecedor. Asfixiante negación de la evidencia y Joseph Mazzello poniendo el cazo en la que podría haber sido y debería haber sido su última aparición en pantalla.

Los dos minutos del principio sitúan la historia en un planeta con muchísimo más interés que el resto del metraje. A partir de ese momento comienza una cabalgata de mensajes negativos, de corte ojo por ojo y/o risiblemente machistas.

Horrible, infumable, además de los lamentables diálogos, escritos por y para convertir a la audiencia en una ameba unineuronal durante la duración de una cinta digna de la hoguera.

Yo de usted no lo haría.