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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
7
Drama Cuando Héctor, un chico de 16 años, pierde a su madre, se hace cargo de él su tía Tere (Adriana Ozores). El problema es que el padre del chico ha venido desde México con la intención de llevárselo. Héctor tendrá, pues, que decidir entre su nueva familia y la aventura transoceánica. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2007
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracia Querejeta reflexiona sobre la familia y su entorno utilizando la discreción sabiamente.
Uno de nuestros productores más comprometidos, Elías Querejeta, tiene en Gracia Querejeta a una valerosa, disciplinada y madura hija que, poco a poco, va ganando en oficio como directora tras Una estación de paso, El último viaje de Robert Rylands y Cuando vuelvas a mi lado.
Héctor cuenta la historia de dos hermanas, una que acaba de mori, y otra que no se ha podido despedir. Entre medias, como herencia y cordón umbilical, el hijo del título de la película (un papel que exigía un difícil registro, y que Nilo Mur ha cubierto de hermetismo).
Gracia Querejeta ha conseguido una suerte de claridad, limpieza y luminosidad en su última película. Una alternativa al talante pesimista y crudo con que Fernando León de Aranoa dirigió Barrio y Los lunes al sol. Volviendo a dar signos de su maestría a la hora de estructurar sus guiones, y apuntalando su dominio de la sugerencia, sabe adónde se dirige, lo que quiere y cómo conseguirlo a través de una película coral y visual.
La felicidad es posible hasta en los entornos más duros, esos núcleos periféricos donde las clases trabajadoras se arriman a las ciudades como queriendo huir de ellas, y al mismo tiempo, seguir a su lado. Aprovechando las posibilidades emotivas y optimistas, ese resquicio de libertad y esperanza que el guión preestablecido de nuestras existencias nos permite, la directora parece decirnos que el miedo nos atenaza en instantes precisos, y que es en ese punto donde sabremos si venceremos o no a toda clase de determinismo social. Sólo el sacrificio y el compromiso pueden hacer que Tere y Juan saquen adelante su matrimonio, que Tomás, el sacerdote del barrio, siga ayudando a los necesitados, o que Juan anime a sus trabajadores a sentirse parte de la empresa.
La directora es consciente de la tentación de su blandura, de la incomodidad de sus personajes, de la cierta artificiosidad, aunque coherente, que respiran algunas partes del desarrollo (reconciliación Gorila - Juan), y del pudor que siente al mostrar los sentimientos más fríos. Aun así, su entereza y sabiduría en la elección y dirección de los actores (qué gran actriz eres, Adriana Ozores), y su intuición al abordar los amores contrariados y los celos mal asumidos, le animan a la búsqueda de nuevos temas sin abandonar sus constantes.
Los jóvenes protagonistas corren en el descampado junto al raíl de las vías de tren. Es entonces cuando el espectador se pregunta si habrá una vida distinta, una parada diferente, una solución tras el horizonte.
La Maga
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