Un hombre separado que viaja junto a sus dos hijos al parque nacional estadounidense de Yosemite; un niño solitario que camina descalzo por las vías del tren no se sabe muy bien con qué intenciones, y que hace amistad con un joven que le saca de un apuro en una tienda, en una relación que se diría que la película nos quiere presentar como inquietantemente ambigua; y un niño que tiene por ¿libidinosa? costumbre pellizcar el sexo de un compañero de clase... en clase, y cuyo insomne padre explora cada noche las posibilidades de un nuevo invento -en ciernes aun, son los años 80- ni siquiera aun denominado "Internet".

Son los atractivos y peculiares personajes de esta tan pequeña como estimable obra del cine independiente norteamericano, cuya narración "de cocción lenta" nos permite descubrir más los matices de las relaciones que se establecen entre ellos, y cuya atmósfera es tan melancólicamente poética como estimulante.

Una pequeña joyita a descubrir, como tantas de este tipo de cine indie USA, y que he podido ver en un festival dedicado exclusivamente a este: el 'Americana Film Fest de Barcelona', que ha supuesto para mi un gran descubrimiento festivalero, que me hará seguirlo en años venideros, ya sea online (como en esta ocasión) o presencialmente.