Descubrí el cine de Kelly Reichardt la primera vez que acudí al Festival de cine de Gijón, con 'Wendy y Lucy', una algo extraña y curiosa película sobre una vagabunda y su perro, que con un argumento algo minimalista, conseguía sin embargo empatizar con el espectador mediante una magnífica planificación y una destacada dirección de actores. Sin entusiasmarme la película, el virtuoso estilo y cualidades fílmicas de la directora ya me llamaron la atención.

Y doce años después, tras haber visto otros de sus trabajos por el camino, y de nuevo en el mismo festival -sólo que en esta ocasión no presencialmente, sino online, como forzadamente es la edición de este vírico año-, una nueva selección de una de sus películas me ha permitido disfrutar de la que considero la más redonda de sus obras, la presente 'First cow'.

La película narra la historia de un cocinero (buen papel de John Magaro) que viaja con una expedición de cazadores de pieles, en el estado de Oregón, en los años 20... del siglo XIX. En pleno viaje se cruza con un inmigrante chino, que huye de unos perseguidores, y éste le pide ayuda ya que está hambriento y desnudo. La creciente amistad entre ellos y la sorprendente aparición de una vaca en la zona propiciarán un inesperado negocio (ideado, cómo no, por el chino), que les dará dinero y una salida a su precaria situación.

Reichardt desarrolla todo esto de manera deliberadamente parsimoniosa, pero sin menoscabo del progresivo interés por una historia realmente curiosa, cuidada y bien planteada, y emotiva en el reflejo de la empatía mutua entre dos completos desconocidos, dos seres bondadosos en un territorio y época particularmente hostiles.