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Voto de SEÑOR SPINALZO:
8
Romance. Drama La tercera parte de la trilogía se desarrolla en Grecia. Nueve años después de su segundo encuentro romántico, el destino vuelve a unir las vidas de Celine (Julie Delpy) y Jesse (Ethan Hawke). (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2013
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya no queda duda que cuando Richard Linklater viaja a Europa consigue sacar lo mejor de sí mismo como autor. Y “Antes del anochecer”, tercera parte de su trilogía romántica, no es la excepción, ya que sus icónicos personajes vuelven a concedernos un nuevo “tour de force” interpretativo. Una trilogía fundamentada en los diálogos de su pareja protagonista, una plática que vemos evolucionar como la vida misma desde su más redonda primera parte hasta esta menos tontorrona conclusión, sin duda el más incisivo de todos sus viajes.

Este anochecer de Linklater vuelve a ratificarlo como uno de los cineastas norteamericanos más polifacéticos al atreverse con propuestas tan contradictorias en su filmografía que van desde el drama hasta la comedia más ligera, pasando por ámbitos tan atípicos como la animación y el documental. Pero la película también demuestra otra capacidad innegable del director que es su cinefilia, ya que existen referencias a su compatriota y también europeizado Woody Allen, a Eric Rohmer y al mismísimo Ingmar Bergman. De hecho, el tercer acto de la película bien podría formar parte de “Secretos de un matrimonio”, situándose a la altura de los mejores momentos del genio sueco. En definitiva, un americano también puede volverse profundo, pero para ello necesita volver a sus orígenes, al Viejo Continente tanto para sus referentes como para sus escenarios.

Y hablando de orígenes, la parada en este caso nos lleva a la misma Grecia, la cuna de nuestra civilización. Y es ahora cuando podemos afirmar que la elección de las localizaciones de cada episodio no es para nada intrascendente ni caprichosa. Y en este caso, la película se reconduce hacia la tragedia, uno de los mayores logros literarios de esta cultura, y así aparece comentado en la propia película. Carente de los míticos coros (sólo Woody Allen se atrevió en tiempos modernos a introducir esta figura anacrónica en su alocada “Poderosa Afrodita”), la última parte de la película muestra su lado más trágico hasta el punto de que podemos ver en ella una de las partes más importantes en la estructura de la tragedia: el “estásimo”. La referencia no es gratuita dada la enorme carga de “pathos” presente en la escena, ese momento en el que el autor busca influir en el juicio del espectador. Y así lo consigue Linklater hasta el punto de lograr la empatía total en el público, tan dividido como sus protagonistas a causa de la continua guerra de sexos. Así pues, partimos del tópico, pero en boca de estos personajes inolvidables logra un nivel de magia pocas veces igualada en el cine actual.

En definitiva, “Antes del anochecer” nos brinda alguno de los mejores momentos de la trilogía, lo cual no es poco, y nos obliga también a pedir nuevos instantes junto a Jesse y Céline. En que punto se encontrará su relación en los próximos años es la ya habitual incógnita que nos ofrecen sus finales abiertos. Como siempre, todo girará en torno a las dos posibilidades que ya se esgrimían en los capítulos previos, el romanticismo o el cinismo como los dos polos opuestos que determinarán si siguen juntos o no. Sea como fuere, el ciclo gana en fuerza así como se van sumando nuevos episodios, y esperemos que sigan aportándose nuevas muestras de genialidad hasta llegar a lo que podría ser una crepuscular y equivalente “Sarabande”. Nos vemos dentro de otros nueve años (y ahora ya cincuentones).
SEÑOR SPINALZO
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