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Voto de SEÑOR SPINALZO:
8
Drama. Fantástico Ambientada en el siglo XIX. Se basa en la leyenda alemana de Fausto, un sabio que hace un pacto con el diablo, y en las adaptaciones literarias del mito por parte de Goethe y Thomas Mann. (FILMAFFINITY)
3 de diciembre de 2011
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
De entrada, estamos ante una película inabarcable para un solo visionado, al mismo tiempo que es una realización que disfrutas más a posteriori meditando en todas las posibles lecturas que tiene todo su desarrollo. Es imposible tildarla de aburrida, ya que la práctica totalidad de sus escenas y diálogos buscan una intencionalidad, en algunos casos tal sutil que es difícil de ver y seguir. Sorprendentemente, tampoco estamos ante una adaptación fiel de la obra literaria de Johann Wolfgang von Goethe, tal como reza en los créditos iniciales, sino que va más allá. En realidad, Sokurov busca su propia aportación sobre la leyenda, sumándose así a otros a acercamientos ajenos a la visión de Goethe, entre los que podríamos destacar el célebre "Doktor Faustus" de Thomas Mann, versión ésta con la que no deja de tener ciertos puntos en común, principalmente desde el punto de vista de la profundización psicológica de los personajes.

En el plano técnico, es innegable que la película es un prodigio, aunque también es cierto que algunas actuaciones caen en la exageración del histrionismo. Con todo, los personajes principales están soberbios, contando con momentos que logran hipnotizarnos, principalmente en alguno de los encuentros entre los dos protagonistas Fausto y Margarita. Y es que ese hipnotismo sólo es posible gracias al virtuosismo de la cámara de Sokurov que, aunque pueda parecer tópico, nos recuerda inevitablemente al maestro Tarkovski, principalmente por su forma de ver a través de la cámara que se manifiesta en las escenas de interior y de la naturaleza. Por su parte, las secuencias callejeras sobresalen también por su acercamiento a la estética expresionista, óptimamente reforzada en aquellos planos magistrales en los que la cámara deforma la escena, mostrando al diablo en su grotesca realidad. A pesar de lo dicho, la película tampoco busca parecerse u homenajear la versión de Murnau, sino más bien que consigue una gran ambientación del mundo germánico decimonónico como escenario de la película.

Igualmente, Sokurov también se nos muestra como un gran conocedor de la pintura, y así lo traslada a la pantalla. En este sentido, es destacable la escena de las lavanderas que parece sacada de un cuadro de Ingres, al mismo tiempo que la pureza de Margarita se semeja a alguna de las odaliscas del pintor. Podrían hacerse más símiles pictóricos, pero es necesario referirse también al carácter filosófico de la película, lo que nos llevaría nuevamente al mundo Tarkovski. Y es que la película trata sobre las pasiones, los sentimientos, el deseo, el sufrimiento, el bien, el mal, e incluso la necesidad humana de llegar a ser como Dios. En este sentido, la película hace serias reflexiones, mostrándonos como un hombre racional de ciencia (Fausto) puede llegar a sucumbir ante los instintos que le ofrece el torpe y manipulador usurero (Mefistófeles) Sin duda, una película compleja y poética que deberá verse más de una vez para disfrutarla en todo su esplendor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
SEÑOR SPINALZO
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