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España España · Cáceres
Voto de Tiggy:
3
Acción. Comedia. Thriller. Romance Tommy Nowak es un cazador de fugitivos que utiliza métodos muy originales para atrapar a sus víctimas. Su despreocupado tipo de vida da un giro de 180 grados cuando le encargan encontrar a una joven que, al verse involuntariamente implicada en un asunto muy turbio, decide huir con su hija de ocho meses en el Cadillac rosa de su marido. (FILMAFFINITY)
16 de mayo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque resulte una película entretenida en la que Clint Eastwood hace de Clint Eastwood, no puedo evitar decir que es de las peores películas que he visto donde el californiano hace de protagonista. El cadillac rosa no se aleja del tipo de películas en las que actuaba Clint Eastwood en la década de los setenta, los ochenta y principios de los noventa de carácter policíaco, manteniendo su registro habitual de tipo duro aunque, en este caso, todo el carisma del actor es malgastado por el interés del director, Buddy Van Horn, de hacer un buddie film desarrollándose a través de la road movie haciendo de personaje secundario a Lou Ann McGuinn que, aparte de ser un personaje cuya construcción, desarrollo y móvil es desesperadamente absurdo y recreados en forma de salvavidas de la trama principal, la interpretación de Bernadette Peters es casi tan desquiciante como los conflictos y resoluciones que mantiene su personaje durante toda la historia, colapsando a Clint Eastwood y machacando su personaje, Tom Nowak, hasta la extenuación. Siguiendo con los personajes, los antagonistas, un grupo de renegados racistas llamados Los Herederos, son probablemente lo más irrelevante del argumento por la siguientes razones: carencia absoluta de profundidad, el grupo se constituye por un gran numero de personajes liderados por Alex (Michael Des Barres), personaje que reúne todos los clichés del típico líder con ínfulas de chulería, que, por su simpleza, pudiera haber sido cualquier otro integrante de la asociación y, por último, la nula convicción que ofrecen, tanto por ellos mismos como por su móvil argumental. Como la narración sigue la estructura clásica de road movie (travesía/parada/conflicto) que suele constituirse de acción menor para enmarcar un apoteósico desenlace, es obvio que el director se va a esforzar por seguir el patrón, y lo hace, pero de una manera tan torpe que hace que ninguno de los conflictos despierte el más mínimo interés en el espectador, incluyendo el gran nudo reducido a una escaramuza convencional sin ningún tipo de continuidad entre escenas que, no sé si es por la cantidad de tomas que han debido rodar o por un montaje cochambroso, sea lo que fuera, muy lamentable. Aún con tantas cosas malas, aún se puede mencionar la banda sonora que supongo todo el presupuesto habrá ido a parar ahí para pagar los derechos de autor, Ningún otro parámetro es realmente mencionable. Buddy Van Horn únicamente escogió a Clint Eastwood para vender una película mediocre en pleno auge del policíaco y aprovechando éxitos anteriores del actor. Un despropósito, sinceramente.
Tiggy
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