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España España · Madrid
Voto de Melmoth:
3
Drama Un hombre de mediana edad, situado entre las coordenadas que trazan su padre y su mujer, se encuentra con que todo lo que parecía garantizar su propia consistencia -vale decir su identidad- presenta síntomas de fragilidad. Frágil el cuerpo, frágiles los afectos, frágil la conciencia. Este hombre tomará distancia respecto de lo que hasta entonces parecía constituir su día a día y así, en ese movimiento de desapego, indagar en la ... [+]
21 de enero de 2009
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a ser muy breve, tanto, que me asusta la idea de poner esta frase entre comas. Me apasiona el cine argentino, proceda de quien proceda, tiene un no sé qué agridulce, tragicómico, encantador a ratos, irónico o impasible... silencioso. Pero, ay las adeversativas, si no fuera porque hablar con un lunfardo me resulta fatigoso, me arriesgaría a recordarles que el cine, en sí, el cine como arte, no es literatura. Puede contenerla, y vaya si lo hace en muy gratas e inolvidables ocasiones (no sólo en el cine allende el charco, también aquí mismo, en España), pero no es literatura. "El Otro" de Ariel Rotter lo es, en demasía, en exceso, como una comilona o una borrachera inútiles, o, sin ir más lejos, como una conversación de sobremesa, a la sazón ingeniosa e intrandescente, que se convierte en ciertas manos (bocas y ojos) en un tedioso "sálvese quien pueda". En lugar de una buena película (por lo demás, aburridísima), es, a lo sumo, un intento visual de una literatura desgraciadamente no escrita. A quienes se atrevan a leerla después de leer mi crítica (cruzo los dedos para que así sea), les emplazo a constestarme a la siguiente pregunta: ¿No les hubiera gustado leer la historia de un personaje gris, mediocre y cobarde que por unos días decide vivir la vida de otro, haciendo uso de todas unas habilidades interiores desconocidas, incluso, por él mismo, para volver, en un círculo vicioso, pero coherente, a su vida de siempre, pero cargada de recuerdos indelebles, más hombre, más entero y sereno que antes? Y si a esta pregunta le añado, que ha sido Benedetti su autor, ¿qué me dirían? Hasta entonces, no vean la susodicha. Mejor, lean "El hombre sin atributos" de Musil. Les llevará una eternidad... la misma que parece definir este film arriesgado por incapaz.
Melmoth
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