Queda demostrado: con unos kilos de lata, unos metros de trapo y un acuario se puede crear un nuevo mundo. Me parece indecoroso incluso para 1965. Tres años después se estrenó 2.001 y tampoco faltaba tanto para Star Wars; es más, el año 66 los escenarios de cartón de Star Trek soportaban dignamente los más que atractivos guiones de la serie de TV. Pues nada, el señor Harrington en otro mundo, pero no del espacio, no, de la cinematografía!!! Mejor hubiera colocado a los actores en lugar de tras un acuario, tras una cortina negra.
Para no alargarme, no pierdan el tiempo que ya lo perdí yo; ésta además de rematadamente mala no tiene ni gracia añeja.