Acabo de ver este bello documental en Netflix, y deja sobrecogido conocer la historia de "uno de los supervivientes" ( eso dicen en el documental. Yo pensaba que solo había uno) del doble bombardeo atómico en Hiroshima y Nagasaki.

Como joven ingeniero naval Tamaguchi estaba destinado en Hiroshima cuando el 6 de agosto la bomba atómica fue lanzada. Es estremecedor ver en el documental la parte en la que narra su viaje por la ciudad arrasada y esas "balsas de cadáveres" que tuvo que atravesar en un río. Las escenas en la reconstrucción del dcoumental parecen sacadas de Dante y su descenso a los infiernos.

Tamaguchi consiguió llegar a una estación y reunirse con sus dos amigos para volver a Nagasaki, su ciudad, donde tres días después se lanzaría la segunda bomba atómica. A partir de aquí el documental apenas reconstruye la historia de la bomba y más bien sigue la vida de Tamaguchi y su activismo antinuclear. Aprendemos que haber sobrevivido a la bomba es un estigma en el Japón de la postguerra ( para encontrar trabajo, casarse, etc) y que Tamaguchi tuvo que vencer las reticencias de su familia para contar su historia.

En la última parte del documental vemos su emotivo viaje a Nueva York, donde habló en las NNUU y como en Nagasaki, en el museo de la bomba, habla con un grupo de estudiantes de EEUU de su experiencia. Pero para mí la escena más impactante de la última parte del documental es ver cómo quedó la imagen de la Virgen María tras el bombardeo nuclear de Nagasaki. Y es que los americanos hicieron gala de su proverbial ignorancia de la historia y la cultura de otros países: Decidieron bombardear dos de las ciudades más occidentalizadas de Japón. Hiroshima, el primer puerto abierto al comercio con Occidente y Nagasaki, donde vivía la principal minoría cristiana del país.

En suma, un gran documental de una gran persona.