"Nos mudamos" sirve poco más que para el lucimiento del actor histriónico Richard Pryor. El problema es precisamente que la película, para ser de humor, es bastante plana. Solo hay una frase graciosa, que no es cuestión de repetir aquí, que se repite cada dos por tres en la película.

La historia no puede ser más simple: una mudanza entre Estados de una familia de clase media y sus problemas con los nuevos vecinos, una serie de actores secundarios desaprovechados, entre ellos Randy Quaid, que cumplen con los estereotipos habituales en la amplia gama de vecinos. A eso se añade algunos chistes que contraponen el urbanismo de Chicago, de donde proceden, con el paletismo de Idaho, lugar de destino.

A quien le pueda interesar este subtema le aconsejo que vea la comedia clásica "Los Blandings ya tienen casa", con Cary Grant, claro que comparar a Richard Pryor con Cary Grant... Dejémoslo ahí.