No sé qué pasa con Lina Morgan que es una actriz como la copa de un pino, que ha hecho reir a tres generaciones de españoles en el teatro pero que en el cine es penosa. Y esta película no es la excepción: Lina Morgan hace un papel de paleta a quien le toca como premio pasar un día con un galán venido a menos. Naturalmente que ese día sirve para cambiar la vida a los dos: ella se da cuenta que no es oro todo lo que reluce y él, un correcto Juan Luis Galiardo sin más, aprende eso tan cursi de que la belleza que importa es la interior. ( sí, claro).

y como muestra de lo poco graciosa que es la peli, si alguien llegado a este punto tiene aún ganas de verla que lea el chiste de mi spoiler.

Deplorable.