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Voto de Tony Montana:
7
Acción. Thriller. Intriga Jason Bourne pensaba que había dejado atrás su pasado dos años antes. Durante ese tiempo, atormentado por un pasado que no consigue recordar, Bourne y Marie se trasladan de una ciudad a otra, viviendo de manera anónima y clandestina. Tratan de huir de una amenaza que creen percibir en la mirada de cualquier extraño, en cada llamada telefónica "equivocada". Cuando un agente aparece por la tranquila villa en la que se alojan, la pareja ... [+]
20 de agosto de 2007
51 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si fuera un pedante citaría a Ray Loriga, y este individuo, que sí es un pedante, probablemente citaría a Bob Dylan, cosa que siempre hace. Y probablemente citaría la canción Hurricane, y aquello de Here comes the story of a Hurricane, que básicamente es lo que hace Jason Bourne en El mito de Bourne, una película que es un puro huracán. Cual Michael Corleone en la tercera parte de El Padrino, una vez que todo parecía acabado, a la fuerza, y sin que él tenga nada que ver, vuelven a involucrarle en el meollo, y del que parece difícil salir, porque le atacan de varios bandos. La ventaja que tiene esta cinta con respecto a la anterior es que no hay que presentar personajes, todo está hecho de la anterior, y puede pasar directamente a la acción. Ah, la otra ventaja es Paul Greengrass, que parece empeñado en demostrar, al igual que otros directores más o menos jóvenes, como Fincher, que van para grandes de esto.

Un punto a favor de esta segunda parte es que cuenta con un guión mucho más limado, personajes secundarios muchísimo más trabajados, y un ritmo trepidante durante toda la película, desde el idílico comienzo hasta el final, donde, bajo mi punto de vista, es donde radica el fallo. La última media hora se hace lenta a pesar del enorme ritmo que le pone Greengrass, y que hacen que la calidad de la película baje. Tanta escena de acción cansa, a mí particularmente, aunque ello no quita para que todo esté rodado de una forma brillante. Nuevamente, el guión es confuso por momentos, y como haría Hitch, desvela la trama por partes, dejando trozos de información para que el espectador vaya desvelando la historia por su cuenta. Una de las virtudes por las que se alaba a esta trilogía es porque Bourne es un hombre que siente y padece, y es algo digno de mención. Cuando se va a la cama, sueña y tiene remordimientos por aquellas personas que ha matado, no es un replicante que tenga unos recuerdos que poder borrar con sólo pulsar un botón.

Uno de los peros en los secundarios es el personaje de Karl Urban. Podría haber dado mucho juego, siendo una especie de némesis de Bourne, y sin embargo se le deja muy aislado, siendo desaprovechado, y sólo se le saca en plan artillería pesada para que suene la traca final. Técnicamente, la película es brillante, con una fotografía que nunca sale de los tonos fríos propios de la zona geográfica donde se desarrolla. Matt Damon vuelve a estar realmente bien, estando a la altura del resto del reparto, especialmente Joan Allen y Brian Cox. Unos combates y una escenas de acción magistralmente ejecutadas, amén de la ya nombrada dirección de Greengrass, que supera el ya de por sí notable trabajo de Liman en la primera entrega. Uno de los mejores thrillers, sobre todo por la dirección, pero aún así le falta algo para ser una obra modélica. Y ahora me voy al cine a ver la tercera parte.
Tony Montana
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