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Voto de Tony Montana:
8
Drama Durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de prisioneros ingleses se encuentra encarcelado en un campo militar del norte de África. Allí sufren la ira de un sádico sargento. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2008
51 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
La colina, brillante cinta antimilitarista dirigida por Sidney Lumet, y película eminentemente inglesa, supuso, en primer lugar, una muestra de la valentía de Sean Connery a la hora de arriesgarse y no acabar convirtiéndose en una caricatura de sí mismo, en una película coral donde la importancia de su personaje en la trama es básica pero no mayor que varios de los personajes y al que pocas estrellas mirarían con buen ojo. Y es que, a pesar de la soberbia interpretación de Sean Connery, no destaca por encima de nadie en este intenso y virulento drama carcelario en la que Lumet traza de manera soberbia el perfil psicológico de los personajes con un estilo dinámico, donde la cámara y el montaje cobran una fuerza inusitada, y donde la puesta en escena está claramente influída por el free cinema británico y el cine sesentero de Joseph Losey, exprimiendo al máximo el brillante y sobrio libreto de Ray Rigby, algo teatral en determinados momentos, pero de una precisión portentosa, algo que la hacen separarse de los estilos anteriormente mencionados, que en varias ocasiones acabaron convertidos en meros ejercicios de estilo vacíos y eminentemente plásticos e hiperrealistas que pretendían camuflar la ausencia de un buen guión detrás de las imágenes. A pesar de ser una cinta sobria, Lumet deja libre a la cámara en un estilo barroco en ocasiones, donde los contrapicados chocan con los primeros planos, y los travellings y los planos secuencias se confunden, haciendo que el impecable trabajo en la planificación del director alcance momentos simplemente soberbios.

La brillantez de la propuesta radica en el uso que hace de los prototipos del cine bélico y la subversión de los cánones del género a través de ellos mismos, emanando una enorme sensación de pesimismo a través de un mundo en el que los inocentes no tienen posibilidad alguna de victoria dentro de un sistema reaccionario pero fuerte, a diferencia de su mayor obra maestra, 12 hombres sin piedad, de temática parecida a esta cinta. Y es que comparten temática porque el parecido que tienen el personaje que interpretaba Fonda y que aquí interpreta Sean Connery, ambos honrados ciudadanos que luchan contra una mayoría corrupta y equivocada. Pero, a diferencia del héroe del cine americano de ojos azules, si analizamos fríamente, la visión que da Lumet sobre el sargento mayor Roberts dista mucho de ser la de un carácter idealizado. Y aquí radica el matiz que separa al héroe del antihéroe. Se nos presenta casi como un ser amoral que dejó morir a su tropa y que huyó por cobardía, y por tanto no dista en demasía del pérfido y autoritario Bert Wilson, imponente Harry Andrews, y de su sosías, el sádico guardia Williams, preocupado únicamente de quedar bien ante sus superiores y de cubrir su cobardía con abusos. Y es que la película entera trata acerca de la alienación de los soldados por medio del sistema, del que no son más que meros juguetes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tony Montana
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