Habitual cruce de géneros asiático entre drama, comedia, terror y fantasía, que da lugar a una cinta entretenida aunque no memorable. Unos bichos del espacio se introducen en el cerebro humano y los parasita, salvo con nuestro protagonista, al que parasita la mano provocando situaciones rocambolescas.

A ratos cachondona, a ratos un tanto sermoneante y misántropa, resulta un visionado agradable y desenfadado. El bichejo protagonista parece un Muppet y cae simpático, pero los pocos años transcurridos le han dado duro sus efectos digitales, de los cuales se abusa en exceso. La otra pata que sustenta la trama, la dramática, se la podrían haber ahorrado y haber hecho un producto puramente de corte fantástico.

El mensaje ecologista es duro contra los humanos, a los que no deja en buen lugar. Pero algunos tendrán que haber sobrevivido para la segunda parte. Esta, de momento, se deja ver, aunque se olvide pronto.