Película correcta en lo técnico, si bien nada brillante. La moderna tecnología no está bien aprovechada, ni tampoco recursos clásicos tan básicos como, por ejemplo, el acoplamiento de la música a la narración. Con todo, los encuadres son correctos y el producto final puede presumir de una cierta calidad y elegancia.

Llama mucho mi atención la baja calidad de las interpretaciones, como si se tratara de un encargo bien pagado que no has podido rechazar, aunque hayan sido muy grandes las ganas de hacerlo. Depp sólo funciona en papeles estrambóticos - papeles en los que no tiene rival, porque Depp es un digno actor -, pero esto mismo, cuando Depp interpreta personajes creíbles, parece jugar en su contra. Depp inunda, de manera deliberada o espontánea, de misticismo a sus personajes y esto unas veces funciona y otras no. Bale firma una interpretación contenida que no produce rechazo, pero, a la vez, resulta una interpretación banal, muy insulsa e intranscendente. Del resto de los actores no se salva ninguno, salvo alguna intrpretación muy márginal (el personaje del abogado está muy bien interpretado, lo misoo que el de los federales que llegan de Oklahoma y Dallas).

La trama no está bien engarzada con el resultado de que muchas situaciones se vuelven inverosímiles por estar mal explicadas. Algunas cosas no tienen sentido, por ejemplo, el final es puro resultado de no haber ido cerrando las tramas que se han ido abriendo, de modo que al final tienes que bregar con una serie de cuestiones que se anulan entre sí con el consiguiente desconcierto resultante.

También me ha llamado mucho la atención la presencia constante de una violencia soterrada que se va filtrando durante todo el metraje. El recurso a la violencia tiene su por qué, que no explicaré por no revelar el meollo de la trama, la violencia, digo, que muestra la película está justificada, pero resulta innecesaria en la mayoría de las ocasiones por ser una violencia de tipo caricaturesco, que resulta exagerada y artificial. Por otra parte, la historia de amor, entre dos actores que no muestran ningún tipo de empatía, ni tan siquiera en las escenas más torridas, es de las peores que recuerdo.

Pero, quizás, lo que más me ha llamado la atención es que esta película es un remake, por no llamarlo otra cosa, plano a plano, situación tras situación, de "Dillinger", J. Milius (1973), película que supera a ésta en todo.