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España España · Madrid
Voto de loganxxx:
8
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3 de septiembre de 2011
46 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La piel que habito" es una formidable película: arriesgada, excesiva, retorcida, ambigua, casi inverosímil a ratos, pero dirigida con pulso, con ritmo y con una profunda fe cinematográfica en lo que se está rodando. En cada plano, el director derrocha talento y esfuerzo por hacer algo diferente, por dar una vuelta de tuerca a su estilo y dirigirlo a terrenos más pantanosos, más oscuros. Almodóvar filma lo grotesco con gracia, con estilo y, en muchas ocasiones, la combinación de imágenes y música alcanza cimas que ponen los pelos de punta. El guión (discutible hasta la saciedad y que provocará más de una acalorada discusión) está desgranado con maestría en diferentes momentos temporales y acaba desvelando la trama central con esa naturalidad que tan bien maneja el director. Y en esta ocasión, ese distanciamiento emocional frío con el que se narra esta descomunal tragedia no hace sino acentuar su carga de dolor y convertir su visionado en una experiencia extraña, incómoda a veces, cargante en ocasiones, pero que, como ocurre muchas veces con las grandes películas, acaba funcionando en su conjunto. Desafortunadamente, y como consecuencia de lo excesivo y discutible de la trama, mucha gente dará la espalda a la cinta, cosa, por otro lado, lógica, pues no es una película que busque ser analizada racionalmente (se derrumbaría), sino emocionalmente.

"La piel que habito" no es una obra maestra, por supuesto, pero podría haberlo sido si su director hubiera sido más consciente del material que tenía entre manos y de cómo se debe contar esta historia para que funcione al 100%. Pero Almodóvar es él, y tiene un público concreto que busca cosas muy concretas en su cine (Sí, esos que se reían en la película cuando el resto de los espectadores ni esbozábamos una sonrisa). Y al margen del humor subjetivo, la película adolece, además, de algunos momentos clásicamente almodovarianos que, esta vez más que nunca, solo perjudican al conjunto. Yo tengo la esperanza de que algún día este estupendo director descubra que se puede hacer una película sin chistes ni personajes esperpénticos. Casi lo logró con su mejor película; "Hable con ella", y casi ha vuelto a lograrlo con esta "La piel que habito", pero, desafortunadamente, ese día sigue lejos. El director manchego sigue temiendo mudar definitivamente la antigua piel y mostrarnos la nueva.

A destacar, como siempre, las interpretaciones femeninas, tanto de Elena Anaya, la indudable estrella de la cinta, como de una estupenda Marisa paredes, y un Antonio Banderas sorprendentemente convincente en un papel arriesgadísimo y muy difícil. Pero lo mejor, sin duda, los últimos minutos de la película, una escena que solo Almódovar se ha atrevido a rodar y que dividirá a los espectadores a partes iguales de amor y odio. A mí me sobrecogió, y creo que el fundido en negro final está colocado con una maestría que roza la perfección, pero estoy seguro de que no provocará ese efecto en todo el mundo.
loganxxx
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