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5.809
Intriga
En Puerto San Juan (Puerto Rico), el abogado Henry Hearst, una de las personalidades más importantes de la isla, es citado por el capitán de la policía para que complete su declaración sobre el rapto y la muerte de una niña, que ha sido asesinada en las mismas circunstancias que otras dos en el plazo de un mes. Sin embargo, lo que parecía una visita rutinaria se convertirá en un duro interrogatorio de consecuencias impredecibles. (FILMAFFINITY) [+]
24 de noviembre de 2015
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro tremendo ejemplo de que una película muy buena puede hacerse con un presupuesto ínfimo. Sobresalientes los tres actores que llevan el peso del argumento: Mónica Bellucci, Morgan Freeman y Gene Hackmann, destacando sobre todo la genial actuación de este último. Thomas Jane, conocido por su papel en "The Mist", no les va a la zaga en su más corto papel de policía imbécil que merecería ser encarcelado. Consigue hacerse detestar por el público, lo que no es fácil en un actor con aspecto de galán "bueno" como el suyo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Por lo que se puede observar en algunas otras críticas, la capacidad de comprensión de los textos y relaciones está cayendo en picado. ¿Efecto de lo infravaloradas que están hoy en día las asignaturas de Humanidades en la educación? ¿O quizás de lo absurdamente explícito que se ha vuelto el cine, que nos muestra hasta las cosas tan obvias que no necesitan ser enseñadas, sin dejar ningún margen para que el espectador piense y deduzca por sí mismo? Cada vez es más obvio que el efecto de cierta censura era beneficioso para la inteligencia del público.
He aquí a lo que me refiero: ¿cómo que "confuso el final"? ¿Qué se necesita para dar a entender al espectador que Hackmann no es culpable, toda vez que se ha descubierto al indudable verdadero asesino? ¿Mostrarles el asesinato también en pantalla?
Y otra: ¿cómo que no se comprende por qué Hackmann se confiesa culpable sin serlo? ¿Son incapaces de entender que, una vez que cree descubrir que definitivamente no queda en su esposa un resquicio de espacio para tener amor hacia él ("ella misma ha puesto las fotos allí para inculparme", llega a declarar), su libertad y el resto de su vida pierden sentido para él y se derrumba, aun a pesar de todo su dinero y de la estima social de la que goza, posesiones que se nos muestran intencionadamente a lo largo de la película? ¿Acaso no queda suficientemente claro que él AMA A SU MUJER más que todo lo demás? ¿Que prefiere no seguir viviendo a vivir una vida sin amor?
Todo esto sí lo entienden tanto el personaje de Freeman como el de Bellucci. De ahí que estos dos resulten a la postre igual de destrozados que él. Se han quedado sin palabras. ¿Ustedes no lo harían, señores y señoras? Me pregunto cuál sería el sentimiento, cuál la sensación de pena y vergüenza por haber tratado así a un inocente. Fíjense que Bellucci no es quien se aparta de él al final, en el banco: es él quien decide rehuirla a ella. ¿Habrá reconciliación posterior? Por ciertos indicios es de suponer que sí: parece ser que su mujer también le ama a él, pues toda su separación no era más que una cuestión de celos por su parte y no ha sido ella, como Hackmann cree, quien ha proporcionado las fotografías inculpadoras. No obstante, no lo podemos saber a ciencia cierta, y esta es la parte abierta de la conclusión.
Es más, yo diría que el final de la cinta es GENIAL. Simplemente genial. Pero éste es demasiado bocado para algunos. Con el cine de consumo, el ruido de consumo al que llaman "música", la pintura de consumo a la que llaman "arte" y todas las demás manifestaciones pseudoartísticas que existen, la peña ya se adocena y deja de pensar por sí misma.
He aquí a lo que me refiero: ¿cómo que "confuso el final"? ¿Qué se necesita para dar a entender al espectador que Hackmann no es culpable, toda vez que se ha descubierto al indudable verdadero asesino? ¿Mostrarles el asesinato también en pantalla?
Y otra: ¿cómo que no se comprende por qué Hackmann se confiesa culpable sin serlo? ¿Son incapaces de entender que, una vez que cree descubrir que definitivamente no queda en su esposa un resquicio de espacio para tener amor hacia él ("ella misma ha puesto las fotos allí para inculparme", llega a declarar), su libertad y el resto de su vida pierden sentido para él y se derrumba, aun a pesar de todo su dinero y de la estima social de la que goza, posesiones que se nos muestran intencionadamente a lo largo de la película? ¿Acaso no queda suficientemente claro que él AMA A SU MUJER más que todo lo demás? ¿Que prefiere no seguir viviendo a vivir una vida sin amor?
Todo esto sí lo entienden tanto el personaje de Freeman como el de Bellucci. De ahí que estos dos resulten a la postre igual de destrozados que él. Se han quedado sin palabras. ¿Ustedes no lo harían, señores y señoras? Me pregunto cuál sería el sentimiento, cuál la sensación de pena y vergüenza por haber tratado así a un inocente. Fíjense que Bellucci no es quien se aparta de él al final, en el banco: es él quien decide rehuirla a ella. ¿Habrá reconciliación posterior? Por ciertos indicios es de suponer que sí: parece ser que su mujer también le ama a él, pues toda su separación no era más que una cuestión de celos por su parte y no ha sido ella, como Hackmann cree, quien ha proporcionado las fotografías inculpadoras. No obstante, no lo podemos saber a ciencia cierta, y esta es la parte abierta de la conclusión.
Es más, yo diría que el final de la cinta es GENIAL. Simplemente genial. Pero éste es demasiado bocado para algunos. Con el cine de consumo, el ruido de consumo al que llaman "música", la pintura de consumo a la que llaman "arte" y todas las demás manifestaciones pseudoartísticas que existen, la peña ya se adocena y deja de pensar por sí misma.