Un Jean Gabin, ciertamente envejecido, aunque con esas ínfulas de conquistador, seductor, que tanto le gustaron.
45 años tenía y su aspecto, poco cambiaría hasta su muerte.

El papel le va, y lo borda, está brillante en su ambigua recreación, hombre de principios, hasta que le interesa.
También la joven Nicole Courcel y la atractiva Blanchette Brunoy, dan la talla dramática.
Forman un triángulo de pasiones soterradas, de alto calibre.

Basada en una novela del inagotable, Simenon, debe ser el belga, uno de los más adaptados al cine en Francia, si no el máximo, su estilo de escritura, a vuela pluma, es ideal, para estos menesteres.

El que no sabe muy bien dónde situarse, es su célebre director, un Marcel Carné un tanto confuso.
Drama costumbrista, melodráma romántico, realismo poético transnochado, Triángulo amoroso, drama pasional con vertientes sociales y familiares, etc.

Los personajes están creados con verosimilitud, tanto en el papel, como en sus sólidas interpretaciones.
El problema, es el temeroso posicionamiento narrativo de su director.
Juega con demasiados géneros y alarga el metraje un tanto innecesariamente, con algunas secuencias del todo prescindibles.
No se moja del todo, hasta el final, para mí. Titubeante en sus planteamientos.

De todas maneras me sorprende, que la película no figure en algunas antologías de su director ni su actor estrella.
Tampoco tuvo mucho éxito en su estreno, quizá, peca de amorfa y moral.

El tema principal, es la doble moral social, ambientada en un pueblo, dos mejor dicho, de provincias.
Hay si tiene algún escarceo interesante y bucea en algo tan prosaico, común y eterno.
Para mí, el mayor mérito de la obra, junto al gran giro de guión en su desenlace, ( Ni adelanto, ni desvelo nada).

Tiene secuencias logradas, pero no consigue meterse en el meollo dramático hasta la recta final.
Algún secundario, como el borrachín del pueblo, está espléndido, dando juego y matices beodos sociales.
El hermano, en el funeral, tiene notable presencia.

Creo que es una historia a tener en cuenta, en conjunto y por esa tibieza, al narrar no es un filme notable.
Tiene un aire costumbrista, rural, que en momentos da mucho sentido y juego real a la historia.