El director de títulos tan notables como "Germinal", "El viejo y el niño" y otros.
Se adentra aquí en los vericuetos del submundo marginal parisiense, lo que para mí es loable, hablar de los que nadie se ocupa, de los que son rechazados por su condición, marginados sociales.
Que ponga la mirada aquí y saque una historia que gana en intensidad conforme avanza, es interesante como la amistad de dos seres que se conocen por casualidad, que es muy a menudo como nos suceden las mejores cosas en la vida, por puro azar.

La luz lograda tiene su encanto, esas nebulosas de neón, como subrayando con esos colores los submundos a los que nos acerca, ese gris coloreado de la vida nocturna.
Destacar la interpretación de un grandioso Coluche, con los gestos y miradas precisos, nada de sobreactuar, minimalismo gestual que llega hondo y bucea en las vísceras de esa humanidad.
También una joven Agnès Soral de 23 años en su creación de la punk, con esa mirada profunda y herida y ese labio tajeado, personalmente movilizó mis instintos.
El personaje del chico árabe tiene fuerza y el actor carisma.
En conjunto me parece un acercamiento honesto a vidas aradas por las circunstancias que les tocaron en los dados del azar.