Con la presentación de los títulos de crédito iniciales de lo más imaginativa y suculenta, nos sumerge en el universo onírico, divertido, ingenioso, de este creador singular.

Se sirve de una fotografía elaborada con un blanco y negro expresivo, vivificante, vital y soñador.
Con algunos juegos de imágenes superpuestas a gran velocidad, tipo collage en ocasiones, a planos de una contemplación rápida, lejos de la vida contemplativa, cerca del bullicio cotidiano, con uso notable de la obsevación soñadora.
Una utilización de la cámara visual, con algunos planos que acechan el homenaje cinéfilo, siempre haciéndolo suyo en su micro y macro universo imaginativo, regado de ingenio, sencillez, humor.
La música acompaña lo mismo que los sonidos que añaden las tildes a las imágenes.

Un montaje sobresaliente hace el resto, vertebra con energía y sutileza este sencillo, sentido homenaje que después de visto en esos escuetos 6 minutos y algo, nos hacen ser, sentir mejor que antes.
El siempre sincero Jean Pierre Jeunet.