La ocupación de Corea por parte de Japón se intensifico durante finales de la IIGM, obligando a estudiantes a cambiar su nombre por uno japonés si querían estudiar en universidades, llegaron a imponer las clases en el idioma nipón.
En este contexto se desarrolla la historia, con el nacionalismo japonés en su apogeo, se sentían los dueños de Asia y querían gobernar en el continente, sus sangrientas guerras en Manchuria, China, Rusia, atestiguan el poder militar del país del sol naciente.

La estructura de la película está construida por flashback y flashforward continuados desde el inicio, lo que hace que el orden cronológico sea un tanto difícil de seguir en algunos momentos.

Se centra en el poeta Yun Dong-Ju y su inseparable amigo Mong-Jyu.
Murió a los 27 años en la cárcel de Fukuoka en 1945, víctima de torturas y experimentos con sustancias químicas que los japoneses estaban experimentando con prisioneros.

Al filmarla en blanco y negro acentua sobre todo en la parte final el oscuro periodo histórico en que se situa, con un ambiente lóbrego, y un miedo a ser reclutados obligatoriamente como militares por el ejercito imperial japonés, como les sucedió a miles y miles de coreanos, solamente mano de obra esclava se calcula en 500 mil los coreanos obligados a trabajar hasta reventar en fábricas de armamento.

El clima social y el miedo se refleja por medio de estos dos personajes, una recreación histórica que como advierte en el inicio, algunas situaciones están dramatizadas y pueden no corresponderse con exactitud.

Lo más destacable la poesía de este desconocido poeta nacido en China que tuvo la mala fortuna de ser tomado como un independentista coreano por los temibles militares y policía nipona de finales de la IIGM.