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Voto de lisufelligus:
9
Thriller. Intriga. Drama. Ciencia ficción En Londres, a finales del siglo XIX, cuando los magos eran los ídolos más aclamados, dos jóvenes ilusionistas se proponen alcanzar la fama. El sofisticado Robert Angier (Hugh Jackman) es un consumado artista, mientras que el tosco y purista Alfred Borden (Christian Bale) es un genio creativo, pero carece de la habilidad necesaria para ejecutar en público sus mágicas ideas. Al principio son compañeros y amigos que se admiran mutuamente. ... [+]
18 de marzo de 2013
41 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer volví a ver el film de Christopher Nolan "El truco final (El prestigio)", la obra que más me ha gustado de cuantas he visto de éste brillante director.
Casi toda la filmografía de Nolan tiene un punto de encuentro, la obsesión. En efecto, casi todos sus filmes giran entorno a ella, y él sabe mostrarnos como nadie las dos caras de la moneda. La obsesión vista como una manera de dar sentido a nuestra existencia, marcarnos nuevas metas y exigirnos más, la obsesión como fuente de la energía necesaria para sobrevivir con cierta dignidad en esta jungla hostil que muchas veces es la vida; pero Nolan también nos presenta la obsesión como un rápido camino hacia la autodestrucción, pues la obsesión nos convierte inevitablemente en sus esclavos, y para llegar a la meta no dudaremos en sacrificar nuestras virtudes, nuestra familia e incluso la vida de nuestros semejantes.
“Todo gran truco de magia consta de tres actos. El primer acto: La presentación. El mago muestra algo normal pero probablemente no lo es. El segundo acto: La actuación. El mago transforma lo que aparentemente era normal en algo extraordinario. Y el último acto, el prestigio. Cuando lo imposible se convierte en posible y tus ojos ven algo que no habían visto jamás.”
Con esta preciosa introducción, Nolan nos mete en la mente de dos magos obsesionados porque sus espectadores vean algo que no habían visto nunca ni volverán a ver.
Cada uno jugará sus bazas, y cada uno sacrificará más y más intuyéndose la tragedia con la que comienza el film, la muerte de Robert Angier (Hugh Jackman) en plena actuación, ante el asombro y el espanto del público -"tus ojos ven algo que no habían visto jamás"- de la que es acusado su rival Alfred Borden (Christian Bale).
Tras ese potente comienzo, Nolan maneja los tiempos con la maestría de uno de esos magos que describe en el film, envolviendo al espectador en sus trucos y su magia hasta el desenlace, también lleno de giros y sorpresas.
Los actores logran sacar todo su jugo a sus respectivos papeles, con especial mención para Christian Bale y Michael Caine (que repiten con Nolan tras "Batman Begins"), así como un enigmático David Bowie como el misterioso Tesla, una sorpresa más de este brillante film.
En definitiva, gracias, Mr. Nolan, por este espectáculo en el que mis ojos han visto algo que difícilmente olvidarán.
lisufelligus
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