¡¡Hay que recuperar Rogopag!! ¡Como sea!
Se trata de una película curiosísima y realmente divertida en la que se dan cita cuatro realizadores muy distintos, convocados por el productor Alfredo Bini. Los 4 cortos no son igual de buenos, sin duda, pero merece la pena verlos. Preside la película cierto ambiente de modernidad sesentero, acompañado ocasionalmente de música yeyé.
ILLIBATEZZA (CASTIDAD, Rossellini) Una pieza que guarda cierto parentesco con el cine de transición español, con un guión bastante chorra y ciertos tintes machistas: es como si un solemne abuelo se pusiera a contar chistes verdes para caer en gracia a los amigos de su nieto. Rosanna Schiaffino es tan solo una mujer objeto. Dan bastante vergüenza los decorados de cartón piedra y la música pretendidamente pícara y erótica. Se dejan entrever pseudo-teorías de psicoanálisis, con alusiones a la escopofilia y al voyeurismo. Es entretenida, pero sin duda no es digna del nombre de su director. Para pasar el rato.
LA RICOTTA (EL REQUESÓN, Pasolini) Muy divertida, claramente superior, caracterizada por un humor inteligente y muy cinematográfico: gags visuales y diálogos ingeniosos se suceden en esta interesantísima obra, muy provocadora, verdaderamente adelantada a su época (en Castidad, la "modernidad" es pura fachada). Sin embargo, y a pesar del envoltorio de ligereza que posee, aborda cuestiones bastante profundas, características del realizador: religión, protelariado, etc. Orson Welles está impagable como director, nos regala una entrevista de lo más aguda, con puyitas a Fellini y autohomenajes incluidos.
IL NUOVO MONDO (EL NUEVO MUNDO, Godard) El episodio más serio, perteneciente a la época que más me gusta de Godard. Con su presentación fría y enigmática, se trata de un claro precedente de “Alphaville” (1965), al construir con la realidad cotidiana un futuro trágico y alienante. Muy bueno, entretenido e inteligente.
IL POLLO RUSPANTE (EL POLLO TRIGUERO, Gregoretti) Una sorpresa. Gregoretti es un realizador desconocido por el gran público, al contrario que sus compañeros, míticos apellidos: es por ello que cuando empieza uno no sabe qué va a ver exactamente. Se trata de un episodio mucho más sencillo en su planteamiento y desarrollo, priman los primeros planos: su lenguaje narrativo es mucho más televisivo, en cierto modo me recordó a Los Simpsons, por su forma de criticar la sociedad y el sistema de la época. Divertido e ingenioso, se trata de un buen trabajo. Su humor se evidencia en escenas como en la que Tognazzi (como padre de familia) regresa a su casa del trabajo y su hijo le dispara con una pistola de juguete, vestido de vaquero. El padre pregunta: “¿Quién eres? ¿Buffalo Bill, Billy el Niño?”. El hijo responde: “¿Quién es ése? ¡Soy Pasolini!”
A modo de conclusión, añadiré que “Rogopag" es una muestra de cine de autor sesentero satírica, inteligente y entretenida, digna de ser recuperada para el público actual y los admiradores de sus realizadores.