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Voto de Kick'Em Ars:
6
Ciencia ficción. Acción Cada 5.000 años se abre una puerta entre dos dimensiones. En una dimensión existe el Universo y la vida. En la otra dimensión existe un elemento que no está hecho ni de tierra, ni de fuego, ni de aire, ni de agua, sino que es una anti-energía, la anti-vida: es el quinto elemento. (FILMAFFINITY)
22 de enero de 2007
36 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada 5000 años, una alineación de los astros desboca al Mal absoluto que esparce el caos en el universo. A principios del siglo XXIII, la federación terrestre sólo tiene un modo de evitar que el Mal, que adopta la forma de planeta oscuro e incandescente, colisione contra la Tierra: que los mondoshawan, unos extraterrestres a quien la humanidad tomó por dioses en el pasado, proporcionen el arma definitiva del bien, un arma conformada por cinco elementos: cuatro piedras que contienen los cuatro elementos de Empédocles, aire, agua, fuego y tierra, más un quinto, el ser supremo, una pelirroja llamada Leeloo Minai Lekarariba Laminai Tchai Ekbat De Sebat, Leeloo para los amigos. El Mal, por mediación del superempresario supermalvado Zorg y de unos guerreros sin planeta, los mangalores, quiere destruir el arma. Pero un taxista en paro, Korben Dallas, ex-aviador militar, es el elegido para recoger los elementos, protegerlos y aprovecharlos.

Lo mejor de la película descansa en el diseño conceptual de los dibujantes Méziéres y Moebius (algunos realizados expresamente para la película por ellos y otros tomados libremente por Besson): la nave mondoshawan, la diva Plavalaguna, el “Transatlántico” del paraíso “Fhloston”, la policía de asalto, la oficina de Zorg, el denso tráfico "aéreo", la recargada Nueva York... Un mundo futurista de una riqueza visual desbordante. Lástima que el filme no se mantenga por encima del mundo trivial que retrata (pasión por la comida rápida, estrellas de la comunicación sumidas en la banalidad, militares y científicos obsesos del sexo...) sino que se deje engullir por él. The Fifth Element no es una película pesimista sobre la trivialidad del mundo en que vivimos, es una película trivial fruto del mundo en que vivimos, en la que los personajes se manifiestan ajenos a lo que les ocurre. Nada más abrirse el filme, en el prólogo situado en el Egipto de 1914, el arqueólogo italiano que se topa de súbito con un mondoshawan mantiene la compostura y le pregunta: “¿Es usted alemán?”
Kick'Em Ars
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