Este documental copia de otros varios igual que este artista copia de otros tantos, asi nos encontramos con una masa enfervorecida de chavales norteamericanos de clase media rendidos ante este gurú del hip hop que les transmite verdades, que entiende su frustración, su falta de empatia con el mundo que les rodea, etc... pero resulta que como tantos otros raperos este solo busca comprarse cochazos , casas enormes del gusto de su mamá y joyas, relojes de oro, pianos de cola blancos aunque no sepa ni tocarlo, etc... menuda novedad mesiánica de mensaje, en fin mucho taco mucha ira pero a la hora de la verdad el dólar es el dólar, en eso si que admiro más a kanye West, por lo menos es un personaje con algo que contar y más interesante musicalmente que este Travis, En el docu se repite la factura típica del artista hecho a sí mismo con todos los aderezos y complementos que pegan tanto con el hip hop, tacos, cárceles, filmaciones lofi, pandilla de amiguetes que huelen la pasta y se le pegan como clochinas, mover la cabeza como perritos de coche aunque curiosamente de las tripas de su música nada de nada.
Lo unico impactante del metraje para mi gusto es el poder de las imagenes tomadas desde el escenario, son espectaculares, no recuerdo nada igual desde aquel docu de los Rolling en un estadio en USA cuando se abrian las cortinas. La carrera de este señor Scott me temo que terminará cuando sus seguidores cumplan los 18.