Otro engendro de Gangrena 3. Al igual que Shelby con Yo soy bea, llevaba algún tiempecillo mosqueado con filmaffinity a ver si ponían este bodrio para poder rajar a gusto.
La serie esta comienza con el cuarenta mil veces manido argumento de choque entre familias, una de pijos adinerados, y otra de horteras y analfabetos. Y a partir de ahí, los “guionistas” van perpetrando los capítulos con archirepetidos equívocos argumentales que no tienen ni puta gracia y parecen ideados por niños de 5 años. Los actores, horribles. Paz Padilla con su acento exagerado asqueroso, que me cae como una patada al estómago. Juanjo Cucalón como marido de esta es el único de la serie al que no rociaría con ácido sulfúrico. Por parte de los pijos, Francis Lorenzo, que solo sabe poner cara de gilipollas y quejarse de sus vecinos, y Miriam Aroca con un tonillo de voz y una parsimonia que es para cortarse las venas. La Sheila que para haber ganado un concurso, canta de pena, (luego intentó vender discos y la cordura reinó entre el público), la otra cría, la envidiosa tocapelotas, el crío de los pijos, un flipado al que partiría la cara, y el enano de los horteras, un niño con parálisis facial que no pinta nada. Pero lo peor son los adolescentes. El Rafa, que ejj que no te enterajj chaval, que no jjabe pronunciar la ejje (vomitivo), y la otra, la niñita de los pijos, la mongola caprichosa que solo sabe quejarse y que hace lo que le sale de los ovarios. Dan ganas de que vuelva Franco para que la tonta esta se queje por motivos razonables. Y para finalizar, una limpiadora muy mística que cuando pronuncias su nombre, estalla una tormenta. Un recurso cojonudo.
Una serie que debería de estar penada. Tan solo recomendable para masoquistas, gente con parálisis cerebral o alguien que quiera comprobar hasta que limites puede llegar la estupidez humana.