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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
8
Western. Drama. Romance En el verano de 1870, Averill e Irvine terminan sus estudios en la Universidad de Harvard. Veinte años después, viven en circunstancias muy distintas. Averill, más serio y visiblemente más viejo, se ha convertido en un "marshall" federal. Por su parte, Irvine, destruido y arruinado por la bebida, pero todavía en su sano juicio, es miembro de la asociación Stock Growers Agricultores, que está involucrada en un conflicto. (FILMAFFINITY)
23 de julio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
«La puerta del cielo» es una película célebremente maldita por haber supuesto la ruina de United Artists; si bien conviene alegar en su favor —especialmente con la perspectiva de cuatro décadas largas— que ello cabe achacarlo más al demérito de la industria que al de la cinta de Michael Cimino.
Que se estrenara en 1980 da alguna pista de por dónde debieron de ir los tiros. No en vano, se trata de la década que cambiaría —a mi juicio, infantilizándolo, cuando no simple y llanamente estupidizándolo— el gusto de los espectadores, Administración Reagan mediante.
Historias como las de «El padrino» en sus dos primeras entregas («The Godfather» y «The Godfather Part II», 1972 y 1974, respectivamente), «Pat Garrett y Billy el niño» («Pat Garrett and Billy the Kid», 1973) o «El cazador» («The Deer Hunter», 1978) —esta última del propio Cimino—, con las que no cuesta emparentar al film que nos ocupa, hubieran resultado de todo punto impensables en la efervescente —en el peor de los sentidos— atmósfera neoliberal de los ochenta.
«La puerta del cielo» es un western crepuscular, durísimo y de doliente hermosura, ambivalencia de muy ardua digestión para el adolescente deglutidor de palomitas que plagaba las salas de entonces —y no digamos ya para el «centennial» metaversalizado de nuestros días—. Imagino que sus dos horas y media de metraje —más del doble en el corte que Cimino presentó a la productora— tampoco ayudaron.
Con ambiciones de gran fresco histórico, «La puerta del cielo» recrea el Wyoming finisecular con todo lujo de detalles, de los océanos de pasto recorridos a galope tendido hasta el sórdido hacinamiento de los parias llegados de Europa del Este, pasando por los tejemanejes genocidas del empresariado ganadero —un tema seguramente espinoso para el clima desregulador de los ochenta—.
Entremedias, un romance a tres entre la madame del prostíbulo —encarnada por una maravillosamente joven Isabelle Huppert—, el «marshall» egresado de Harvard interpretado por Kris Kristofferson con veterano aplomo y un capataz de gatillo fácil al que presta su mefistofélico —pero algo menos de lo que acostumbra— rostro Christopher Walken.
Ya lo ven, demasiadas capas para un espectador oportunamente entontecido. Nominada a la Palma de Oro en Cannes y ganadora del premio Razzie al peor director. Supongo que con eso ya lo digo todo.
Carorpar
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