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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
5
Thriller Un sheriff (Washington) de un condado regresa a Los Ángeles donde comienza a colaborar con un detective de homicidios (Malek) para dar caza juntos a un astuto asesino en serie que mata siempre con el mismo 'modus operandi' a chicas jóvenes.
10 de septiembre de 2023
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Desde el (co) protagonismo de Denzel Washington —uno de los más conspicuos intérpretes del thriller de los noventa— hasta el villano de inteligencia superior y (para) filias homicidas, pasando por los cromatismos plomizos y una narrativa sencilla cuyo motor primario es la trampa argumental, «Pequeños detalles» se inscribe en el tímido «revival» noventero y constituye un poco alentador ejemplo de la falta de ideas que aqueja al audiovisual contemporáneo. Todo «revival», de hecho, es síntoma de eso mismo.
John Lee Hancock, guionista de Clint Eastwood otrora —lo cual no hace sino agravar la decepción ante tamaña pobreza creativa—, mete en la coctelera una selección de ingredientes que, en su día, se antojaron rompedores —«El silencio de los corderos» («The Silence of the Lambs», 1991), «Seven» (ídem, 1995)—, pero que, de tan (ab) usados, no tardaron en agotarse, vueltos cliché en apenas un lustro. Lo hace —supongo— al dictado del ubicuo algoritmo, para el que los treintañeros y cuarentones en cuya educación fílmica jugaron aquéllas y sus sucedáneos un papel capital integran hoy un apetitoso nicho de mercado. A la escasa originalidad de la propuesta ha de sumársele —o, en rigor, restársele— el expurgo de cualquier componente ofensivo —o mínimamente problemático— para con el delicadísimo paladar que Netflix presume en sus suscriptores, distintivos de los títulos antedichos y perfectamente normales en el subgénero por entonces.
«Pequeños detalles» resulta entretenida, claro. A John Lee Hancock el oficio no se le discute y el reparto rebosa carisma —aunque se me escapa cualquier atisbo de complicidad entre Denzel Washington y Rami Malek—. No obstante, lo trillado de la fórmula y la sofocante (auto) censura transmiten una sensación de rodaje en piloto automático que alcanza hasta al (casi) siempre estimulante Jared Leto, quien aquí parece conformarse con cumplir el expediente entregando un psicópata de manual. En suma: incolora, inodora e insípida.
Carorpar
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