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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Drama. Comedia A principios de los años setenta, una época de gran agitación social con la encarnizada lucha por los derechos civiles como telón de fondo, Ron Stallworth se convierte en el primer agente negro del departamento de policía de Colorado Springs. Pero es recibido con escepticismo y hostilidad por los mandos y algunos de los agentes. Sin amedrentarse, decide seguir adelante y hacer algo por su comunidad llevando a cabo una misión muy ... [+]
25 de julio de 2020
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Spike Lee es un cineasta de talento incuestionable y, sabiéndose niño mimado de la industria, asimismo indudable tendencia al acomodamiento. “Infiltrado en el KKKlan” constituye el enésimo episodio —que no el último, pues recientemente ha estrenado “Da 5 Bloods: Hermanos de armas” (“Da 5 Bloods”, 2020)— de su sempiterna lucha contra el racismo, igualmente secular y diríase que incluso estructural, que aqueja a los Estados Unidos.
Lee echa aquí mano de un sentido del humor, como poco, peculiar —supongo que heredado del original literario— y, al parecer, en exceso sutil para más de un plumilla que le reprocha no encontrar el tono apropiado, como si drama y comedia fueran de pronto incompatibles, a tal grado de maniqueísmo pueril hemos llegado. En consecuencia, “Infiltrado en el KKKlan” supone una incómoda mezcla de diversión —no puedo evitar preguntarme qué desfase hubiera hecho Tarantino con este material— y preocupación, sobre todo por ese epílogo hecho de imágenes reales con Trump legitimando en su lengua de trapo a los supremacistas blancos y el terrible atropello de Charlottesville. Un desasosiego que vinieron a agravar hace nada las del asesinato de George Floyd. Reconozco que hasta me ha hecho sentir cierto arrepentimiento respecto a los parabienes que en su día dediqué a “El nacimiento de una nación” (“The Birth of a Nation”, 1915). No obstante, en mi defensa cabe alegar que ni negaba ni mucho menos justificaba su componente racista, y que los motivos de mi admiración por ella eran —y son— estrictamente técnicos.
En el apartado interpretativo, John David Washington, ex jugador de fútbol americano e hijo del renombrado Denzel Washington, entrega un trabajo excelente y de una sobriedad bastante inesperada, habida cuenta de la desopilante trama. Definitivamente, “de casta le viene al galgo”. A su lado, un correcto Adam Driver palidece un tanto —y no es juego de palabras al hilo de la historia y su extraña socarronería—. Toda la patulea “redneck” que integra el “Ku Klux Klan”, con Topher Grace a la cabeza, resulta ciertamente creíble, y ello pese a su inherente sordidez. Y en cuanto a Laura Harrier, se trata de un hallazgo muy refrescante, conviene seguirle la pista.
Carorpar
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