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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
7
Comedia Fatty y Mabel viven plácidamente en su casita frente al mar, en una playa de lo más tranquila. Pero un buen día su casa es asaltada por unos bandidos mientras ellos no están. Cuando llegan a su casa, sus camas y demás enseres están flotando en el mar... (FILMAFFINITY)
4 de agosto de 2023
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Deliciosa comedia romántica, posiblemente el mejor de la decena de cortos que rodaron juntos Mabel Normand y «Fatty» Arbuckle, dos de las más luminosas estrellas del jovencísimo cine de la década de los 10, juntas en fecundo tándem auspiciado por Mack Sennet, pareja de la primera y gran valedor del segundo, realizador cómico por antonomasia y creador del subgénero dado en llamar «slapstick».
Escrita y dirigida por el propio Arbuckle, «Fatty y Mabel a la deriva» son 34 minutos de acción indesmayable, una sucesión de gags donde se conjugan a la perfección el humor físico popularizado por la Keystone de Sennet —mamporros, tropezones, persecuciones, rociadas, explosiones y derrumbamientos varios—, el encanto de una Mabel Normand cuya naturalidad, impropia del histrionismo inherente al mudo, hace pensar en una actriz mucho más moderna, y el talento y la imponente presencia escénica de Roscoe Arbuckle, así como la desarmante química entre ambos. Sumémosle los consabidos villanos de opereta y un magnífico ejemplar de pit bull terrier, adiestrado hasta la resolución de funciones cuadráticas, que cautivará a los amantes de los animales. El resultado es uno de los mejor acabados ejemplos de algo tan americano —y que, por ende, irritará la pituitaria de espectadores transidos de (pseudo) intelectualismo eurocéntrico— como la cohabitación de entretenimiento genuino y arte de muchos quilates.
En fin, gratísima sorpresa que invita a echar un vistazo al resto de trabajos —en común y por separado— de sus protagonistas, a los que el éxito —y la salud— no tardaría, por desgracia, en abandonar. Ella moriría a los 37 años víctima de la tuberculosis, no sin antes verse salpicada por dos casos, dos, de asesinato. La carrera de él no se recuperaría de uno de los mayores escándalos de la historia de Hollywood, que en buena medida determinaría la implantación del código Hays y sus pacatas directrices: el (triple) juicio por violación y homicidio de la joven aspirante a actriz Virginia Rappe.
Carorpar
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