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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
5
Serie de TV. Fantástico En el día de su 16º cumpleaños, al joven Mark su hermano Thomas le revela un oscuro secreto familiar, y le muestra la crónica de la Torre Oscura (Black Tower), un mundo distinto gobernado por una criatura espeluznante: el Grifo. Mark también se entera de que él es el único que puede derrotarlo, pero ni se ve a sí mismo como un héroe ni quiere serlo. Ya tiene suficientes problemas con la escuela, la adolescencia y su primer amor, como ... [+]
18 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El «revival» noventero nos está golpeando con menos fuerza de lo que era de esperar, especialmente si lo comparamos con el de los ochenta, cuya sofocante omnipresencia hemos soportado durante casi tres lustros. Posiblemente se deba a que en la pugna —más mercadotécnica que real, todo sea dicho— entre «boomers» y «millennials» la conocida como «generación X» ha quedado algo desdibujada.
Ejemplo del bajo perfil de dicha recuperación es esta «El grifo», producción alemana que adapta la novela homónima de Wolgang y Heike Holbein. Disponible en Prime, llama la atención por su tentativa de hacer una mezcla imposible de «Stranger Things» (ídem, 2016-Actualidad), «10 razones para odiarte» («10 Things I Hate About You», 1999), «Alta Fidelidad» («High Fidelity», 2000) y el universo de «El señor de los anillos».
A sus responsables no se les puede negar el arrojo; sin embargo, tal como suele suceder cuando se meten tantos ingredientes en la coctelera, el resultado se aproxima bastante a una mayonesa cortada, más si cabe cuando se carece del presupuesto mínimo imprescindible para los pasajes de ciencia ficción y fantasía épica. Ejemplo de lo cual son sus villanos astados: queriéndose parte de la linajuda estirpe de los orcos, parecen en cambio salidos del tren de la bruja o de una (mala) despedida de soltero.
«El grifo» funciona mejor en el plano de la comedia juvenil, donde su núbil reparto se mueve con notable soltura, especialmente Zoran Pingel, quien en el secular rol de donaire se apropia de todos y cada uno de los planos compartidos con el protagonista, un Jeremias Meyer algo frío para mi gusto y que tampoco sale bien parado de sus interacciones románticas con una Lea Drinda de aires Ellen-Elliot Pagescos.
En cuanto a la banda sonora, los temarrales grunge pierden buena parte de la prometedora relevancia que apuntaban durante un primer capítulo que, en cualquier caso, presentaba las trazas de un episodio piloto de los de antaño. No molestaban, y le daban una impronta propia a la serie; de ahí que no me acabe de explicar dicha renuncia; salvo que, claro, no sean muy del gusto de «boomers» y «millennials».
Carorpar
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