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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Fantástico. Aventuras. Drama Con dieciséis años cumplidos, Harry inicia el sexto curso en Hogwarts en medio de terribles acontecimientos que asolan Inglaterra. Elegido capitán del equipo de Quidditch, los entrenamientos, los exámenes y las chicas ocupan todo su tiempo, pero la tranquilidad dura poco. A pesar de los férreos controles de seguridad que protegen la escuela, dos alumnos son brutalmente atacados. Dumbledore sabe que se acerca el momento, anunciado por la ... [+]
2 de enero de 2024
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Tras su intachable trabajo en «Harry Potter y la orden del Fénix» («Harry Potter and the Order of the Phoenix», 2007), David Yates repite en la realización, continuidad de la que se beneficia una saga que había venido dando tumbos entre la diversión familiar de su primera entrega, el goticismo expresionista de la tercera y unas segunda y cuarta condenadas por su propia indefinición.
Con menos nombre que sus antecesores y curtido en el desagradecido mundo del telefilm, Yates evidencia sin embargo un sólido conocimiento de los códigos de la aventura juvenil, así como un respeto encomiable para con la inteligencia del espectador, sea o no fan de las peripecias del niño mago. «Harry Potter y el misterio del príncipe» consigue al fin conjugar las dos almas de la saga —fantasía para todos los públicos y una oscuridad que coquetea con el terror sobrenatural—, logro no menor habida cuenta del (relativo) fracaso con que hasta el momento se habían venido saldando tentativas anteriores.
Así, durante dos tercios de su metraje, Yates se recrea en el encantador día a día del alumnado de Hogwarts, con especial énfasis en el despertar sexual de los núbiles protagonistas, a estas alturas más salidos que una cena de informáticos. Sumado a una mayor atención a las dotes cómicas de Rupert Grint —cuyo Ron Weasley constituye un Donaire lleno de posibilidades escasamente aprovechadas— resulta en un ramillete de situaciones muy divertidas.
Hacia su último tercio, la trama recibe una vuelta de tuerca ciertamente tenebrosa —el desenlace se antoja, cuando menos, inquietante— donde se vuelca buena parte de la tecnología digital —espectacular partido de Quidditch aparte— que suele engalanar los films de Harry Potter. Asistimos entonces a algunas escenas que, si bien indudablemente pintonas, remiten de manera en exceso obvia a títulos de otras franquicias coetáneas: Dumbledore en un círculo de fuego se parece demasiado a Gandalf haciendo frente al Balrog de Moria, por ejemplo.
En cualquier caso, interesante quinto capítulo de una historia que enfilaba ya su epílogo —en dos partes, la gallina de los huevos de oro aún no había pedido el cambio—, rabiosamente entretenida y con una impronta cómica que le sienta de maravilla al universo alumbrado por J.K. Rowling. Confirmación, en suma, de que David Yates supuso un fichaje por demás acertado.
Carorpar
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