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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Terror. Thriller La solitaria adolescente Mia se engancha a la emoción de invocar espíritus utilizando una mano embalsamada, pero cuando se enfrenta a un alma que dice ser su madre muerta, desata una plaga de fuerzas sobrenaturales y se debate entre decidir en quién puede confiar: en los vivos o en los muertos. (FILMAFFINITY)
28 de enero de 2024
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La desalentadora deriva del terror comercial ha provocado que sea en la periferia, bien de la industria —caso de Benson y Moorhead y su estimulante amateurismo lovecraftiano—, bien geográfica —Irlanda resulta ejemplar a tal respecto—, donde cabe rastrear títulos verdaderamente interesantes para los amantes del subgénero.
Precisamente de un país con escaso peso en el panorama cinematográfico como Australia —si bien patria asimismo de «Babadook» («The Babadook», 2014), con acogida crítica bastante similar— nos llega «Háblame», debut en el largo de los hermanos Philippou, «youtubers» con querencia por el exabrupto y la casquería que, no obstante, entregan aquí un trabajo de madurez por demás reseñable.
En efecto, «Háblame» elude los resobados tópicos del horror —en cuantos sentidos se quiera— (post) adolescente y algoritmizado que de un tiempo a esta parte viene proliferando en las carteleras y, muy especialmente, las plataformas de contenidos. Los hermanos Philippou pasan de niños ojerosos, bajantes oxidadas y efectismos sonoros para, en su lugar, darle otra vuelta de tuerca a la estúpida, ridiculísima fiebre de los retos virales.
El tono escogido, ajeno a las risibles solemnidades de uso, pero sin dejarse llevar (del todo) por la tentación parodiadora, también se antoja un acierto. Sumémosle un puñado de sustos de indudable eficacia, un juguetón desenlace abierto a la secuela y que la historia, en general, te deja con una desazón que va a tardar un rato en disiparse. Poco más cabe pedirle a un film de su pelaje.
Sólo la escasa entidad de su reparto —excepción hecha de Miranda Otto, vista en la saga de «El señor de los anillos» («The Lord of the Rings», 2001, 2002 y 2003), entre otras— y la insípida escenografía delatan los baratos mimbres con que sus responsables han rodado la que, sin embargo, se erige en una de las mejores películas de miedo del último lustro.
Carorpar
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