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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Terror. Thriller Hace quince años que el Hospital Mental de Danvers (Massachussetts), que se levanta amenazador en medio de un bosque, ha sido cerrado, y los vecinos procuran mantenerse alejados del lugar. Gordon Fleming (Peter Mullan), un emigrante escocés que posee y dirige Hazmat Elimination Co., necesita urgentemente conseguir el contrato para retirar los peligrosos residuos de amianto del hospital. Con tal de cerrar el acuerdo, Gordon, ... [+]
22 de julio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Session 9” sólo tiene un problema: su presupuesto. Espartano, cartujo casi, se traduce en una estética a medio camino entre el melodrama televisivo de sobremesa y un corto “amateur” con colegas y a lo Juan Palomo. Supongo que una parte importante del dinero se destinaría a satisfacer los honorarios de secundarios ilustres como David Caruso y Peter Mullan.
No obstante, el director y guionista Brad Anderson se sobrepone a lo que para muchos otros bien podría haber supuesto una rémora insalvable —no en vano su siguiente película sería la impactante “El maquinista” (“The Machinist”, 2004)—, entregando una correctísima historia de terror gótico, eso sí, pasado por el tamiz proletario de esa cuadrilla de rudos limpiadores de amianto. Anderson destaca especialmente en la creación de una atmósfera malsana y en la construcción de una intriga “in crescendo” sostenido hasta su desenlace, a mi juicio un tanto precipitado, pero que ni mucho menos arruina la experiencia, el estupendo mal rato que nos hacen pasar entre todos —la profesionalidad con que se desenvuelve su reparto, asimismo breve, es digna de encomio—. Si no miedo, porque el aficionado a este tipo de cine está ya bastante encallecido, en numerosos pasajes “Session 9” sí alcanza a inducir una muy saludable inquietud, cosa que, por otra parte, no puede decirse de las últimas hornadas de cintas de pelaje similar, salvo honrosas y contadísimas excepciones.
En suma, inobjetable labor de artesanía a cargo de un cineasta que apuntaba muy buenas maneras, con un conocimiento de los códigos y un respeto por el género y la inteligencia del espectador cada día más desacostumbrados. Se trata también de un ejemplo particularmente ilustrativo de que la falta de medios puede suplirse con talento, aunque no a la inversa. Y si no, que se lo digan a Andy, otrora Andrés, Muschietti.
Carorpar
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