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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
4
Ciencia ficción. Aventuras. Acción. Drama Tras los sucesos de la primera parte acontecidos en el planeta Arrakis, el joven Paul Atreides se une a la tribu de los Fremen y comienza un viaje espiritual y marcial para convertirse en mesías, mientras intenta evitar el horrible pero inevitable futuro que ha presenciado: una Guerra Santa en su nombre, que se extiende por todo el universo conocido... Secuela de 'Dune' (2021). (FILMAFFINITY)
24 de marzo de 2024
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si la primera entrega de «Dune» ya me pareció un pestiño de muy ardua digestión, su segunda parte me ha resultado todavía más infumable.
Algo que llamó especialmente mi atención en «Dune» (ídem, 2021) era la paradójica convivencia que en ella se daba entre la sobreabundancia de escenas de acción —a fin de cuentas, se trata de una «space opera»— y un aburrimiento supino. Pues bien, pese al tumefacto presupuesto (de nuevo) puesto en manos de Villeneuve, ese inaudito niño mimado de crítica y público, en «Dune: Parte Dos» —del cacofónico anglicismo al que, para su título, se han acogido los distribuidores patrios mejor ni hablo— hay menos acción y el mismo, desesperante aburrimiento. Sí asistimos a numerosos amaneceres en el desierto, una vibra muy como de viaje de fin de carrera en Marruecos, pero sin la shisha.
En mi reseña de «Dune» —y también en otras— cuestionaba las dotes narrativas de Villeneuve y aquí me reafirmo en mis suspicacias al respecto. El realizador canadiense se muestra incapaz de hilar una secuencia mínimamente coherente, de manera que la película constituye un deslavazado conjunto de escenas visualmente muy aparatosas cuyo hipertrofiado barroquismo se subraya con unas estridencias sonoras a cargo de Hans Zimmer que cabe entender como un desesperado intento de compensar la absoluta insipidez de diálogos e interpretaciones, cuando no de mantener despierta a la concurrencia o que los ronquidos no se hagan evidentes en exceso.
321 minutos después sigo sin tener claro para qué sirve la especia y por qué media galaxia anda a la gresca por ella. ¿Es una sustancia de uso recreativo? Todo el mundo se toma muchas molestias para recolectarla y acapararla, pero ¿con qué motivo? Imagino que en algún momento de la veintena de novelas que integran la saga se explicará. Tampoco me entran en la cabeza las razones para hacer la guerra a sablazo limpio y con tácticas propias de la Edad de Bronce cuando se cuenta con los avances tecnológicos —y, por ende, armamentísticos— propios del año 10191. Entiendo que ello no es achacable a Villeneuve sino a Frank Herbert y sus albaceas; pero hay que decirlo: ahora mismo, una unidad de boy scouts comandados por la infanta Leonor también derrotaría a los Harkonnen.
Sólo la escena «alla» «Gladiator» (ídem, 2000) con estimulantes ribetes expresionistas raya a la altura deseable. Porque ni siquiera Javier Bardem se salva del estrepitoso naufragio creativo. Su Stilgar estaba entre lo poco digno de reseña en «Dune». Componía entonces un lacónico y, a su modo, carismático beduino que, en esta segunda parte, se ha convertido en un fanático religioso adornado de una cargante verborrea.
En fin, Villeneuve amenazaba en 2021 con una trilogía y todo indica que la va a completar. Pobres de nosotros, los espectadores, y de la ciencia ficción. Aunque, siendo optimistas, quizá de una vez me entere de para qué sirve la especia.
Carorpar
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