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España España · Santiago de Compostela
Voto de The Big Dipper:
8
Drama. Acción El mundo del boxeo está tan devaluado que el campeón Mason Dixon no encuentra un rival a su altura. Han pasado 30 años desde que a Rocky Balboa (Stallone), un hombre sin futuro, se le presentó la oportunidad de boxear y enfrentarse contra el gran campeón Apollo Creed. El coraje y perseverancia de Rocky, tanto en la vida como en el ring, alimentó las esperanzas de millones de personas. Ahora, ya retirado, se pasa las tardes contando ... [+]
8 de agosto de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película tenía todas las papeletas para ser un bodrio. Como toda saga, cada entrega nueva de la misma, era peor que la anterior, a saber, la primera ganó el Oscar, la segunda es buena, con la tercera pegó un bajón muy grande, la cuarta ya confirmaba la saga solo para adeptos de Sly y su Rocky y la quinta siempre se ha considerado la peor con diferencia (la pelea final no es en un ring sino en plena calle, una pelea de barrio). Pues bien, con este "percal", ¿qué se podía esperar de una sexta entrega rodada 16 años después de una saga que muchos ya consideraban enterrada? Pues como Julio César, Sly llegó, vió y (para mí) venció.

Mi veredicto es que se la puede considerar un buen homenaje de Rocky, principalmente, por el respeto al espíritu original de la saga. Desde mi punto de vista, el acierto de la película reside en dos factores, primero , esto es, el sentimiento nostálgico que Sly introdujo con un grandísimo tino a medida que la saga iba avanzando. Con el paso del tiempo Rocky se convirtió en leyenda pero, como ocurre con toda leyenda pasada, las nuevas generaciones pierden el respeto hacia las viejas glorias. Pues bien, Sly jugó con estó y, como vengo argumentando, acertó de pleno.

La idea no es nueva, ya lo venía haciendo en las últimas películas de Rocky, sobre todo a partir de la cuarta, en la que Rocky se retira, y luego también en la quinta.

Por otra parte, el otro factor (que es el secreto principal del éxito de Rocky), es el cariño que Sly le pone al personaje desde la primera película. Rocky Balboa es el típico perdedor pero que, en su caso, tiene un talento natural que al final acaba saliendo a flote. Además, Rocky es un personaje con el que se identifica todo el mundo, porque es un hombre sencillo, de la calle.

Otro acierto ha sido el final de la película, que se parece más al de la primera película, que al de la segunda. Es decir, la victoria de Rocky es moral (él es el héroe y no el vencedor real del combate).

Una última cosa. Talia Shire ya no está (esto es, la mujer de Rocky ha muerto), Sly ya es muy mayor para ligarse a un pibón (no sería creíble), así que se inventa una entrañable historia de amistad (con la niña de la primera película, que ahora es una mujer y tiene un hijo) que pretende recordar a la historia de amor de la Rocky original, con la ya mítica "Adrian".

El restaurante de Rocky está muy bien, y es un placer poder ver a Bart Young de nuevo.

En definitiva, buen homenaje, cuando tenía todas las papeletas para ser un bodrio.
The Big Dipper
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